La muerte de Videla y las responsabilidades de hoy

La posibilidad de que los restos de Videla fueran enterrados en Mercedes provocó el rechazo de la ciudad. Que pudiera compartir el mismo cementerio con compañeros asesinados por la Triple A, indignó a familiares y organizaciones.


Pero lo más interesante vino al momento de plantear una acción conjunta.


El PS local (que rompió públicamente con Binner y el FAP) convocó a una reunión, en la que participaron el Frente Mercedino para la Victoria (La Cámpora), la UCR, el PC, Forja (radicales K), la CTA (yaskista), periodistas y el PO.


Ustarroz (La Cámpora) propuso elaborar n comunicado que se limitara al repudio a la llegada de los restos. Afirmó, falazmente, que los archivos de la dictadura habían sido desclasificados y eran de dominio público. No dijo, claro, que aún actúan cuadros de la represión en organismos estatales, que las organizaciones populares sufren la infiltración de servicios y que la Ley Antiterrorista -que ellos impulsaron y votaron- sigue los pasos de la del '74, aprobada bajo el gobierno de Isabel Perón.


El PO desnudó las responsabilidades políticas de los dos partidos más importantes de la época: la UCR y el PJ. Ricardo Balbín, el jefe radical, respaldó la táctica de aniquilamiento de los activistas ("combatir la guerrilla fabril"). Propusimos como consigna principal el reclamo de la apertura de los archivos de la dictadura.


La UCR dijo estar de acuerdo con la consigna, pero consideró que debería dejarse para otro momento. La Cámpora propuso "una consigna que pueda unificar a todos".


Al final salió solamente una convocatoria a concentrarse en repudio al genocida y una "esquela" (que no firmamos) invitando a la misma. Más tarde, los camporistas adelantaron que no serían de la partida. El PO dejó en claro que iría a la movilización a repudiar a Videla, a rechazar que sea enterrado en Mercedes y a defender la consigna que une la lucha de los últimos treinta años con la actualidad: "Apertura de los archivos de la dictadura".


Complicidad del centroizquierda


A pocas horas del acto, la preocupación crecía. El cadáver sin sepultura del genocida era un problema para las fuerzas gobernantes. El intendente Carlos Selva (vinculado con Massa) comunicó que "no podría hacer nada si el cuerpo finalmente viniese". A esta agachada se fueron acoplando otras fuerzas.


El PS, acordó un documento para el acto con el 80 por ciento de las fuerzas políticas, dejando afuera al PO. El documento es un saludo a la bandera: repudia la figura de Videla y su "significancia". Del problema concreto del cuerpo, ni hablar. No quisieron chocar ni en ese plano elemental Es más: el propio PS fue un partido orgánico de la dictadura, a la que le dio intendentes y embajadores, además de prodigarle elogios edulcorados a Videla en su periódico.


Los referentes de La Cámpora finalmente fueron al acto "a desgano", sin banderas, por la presión de su propia militancia.


La UCR sacó un comunicado diciendo que adhería, pero no fue -deslizando que su ausencia se debía a la posición del PO.


El bloque de centroizquierda local (PS-Proyecto Sur-PC, etc.) capituló en toda la línea y abandonó la consigna de rechazar el cuerpo para no dejar afuera a peronistas y radicales.


El PO fue con su bandera, repartió su declaración y, al finalizar el acto, hizo uso de la palabra mediante megáfono para defender su posición, la que obtuvo la simpatía de los vecinos presentes.


El cuerpo de Videla, finalmente, no vino a Mercedes.