Lemoine, Pampillón y los “nazilibertarios”

La diputada electa por La Libertad Avanza reivindicó al dirigente neonazi de Mar del Plata como un "patriota".

Edición: Prensa Obrera

Lila Lemoine, diputada electa por La Libertad Avanza, compartió un violento mensaje de Carlos Pampillón, un conocido dirigente neonazi de Mar del Plata que enfrenta cargos por ataques reaccionarios y antisemitas, al que describió como “patriota”. “Mensaje de un patriota. Basta de mordaza ideológica”, escribió en su cuenta de Twitter.

En el mensaje, Pampillón le pide a “todo el personal en actividad de Ejército Argentino” que “ponga pelotas” para defender a Iván Volante, un capitán retirado -amigo de Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de Milei- que días atrás reivindicó los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar mediante un video donde se ve un Falcon verde junto a la leyenda “7… aunque un poco incómodos, entran en este baúl”. No conforme, Pampillón salió en una entrevista radial negando el terrorismo de Estado y reivindicando la “lucha antisubversiva” y a Videla, que sostuvo “fue un tipo honesto”.

Pero Pampillón no sale de un repollo. En agosto de 2016, bajo el macrismo, se probó que fue el responsable de haber atacado años antes el monumento Memoria, Verdad y Justicia de la Base Naval y el Centro de Residentes Bolivianos. En un acuerdo con el fiscal general, Juan Manuel Pettigiani, le permitió acceder a una probation y, tras el cumplimiento de las medidas impuestas como cursar como oyente la asignatura Derecho Constitucional, fue sobreseído. La ciudad balnearia era gobernada entonces por el intendente Carlos Fernando Arroyo, de Cambiemos, que protegía bandas de actos fascistizantes.

Luego Pampillón fue juzgado por instigar a la sedición, indicado como organizador del acuartelamiento policial de 2013, que tuvo como correlato saqueos y robos. Mientras estos elementos actúan bajo el amparo del poder, el Estado se ensaña en perseguir a los luchadores, como basta con ver el intento de llevar a la cárcel a César Arakaki y Daniel Ruiz por haber enfrentado la reforma previsional de 2017 junto a una movilización popular. Es la doble vara de un Estado, de sus jueces y fiscales, policías y funcionarios, de los gobiernos, que arremete, criminaliza la protesta y cobija a los fachos.

Esta defensa reaccionaria que hace Lemoine de Pampillón, y por la que luego tuvo que salir a pedir disculpas frente al repudio que suscitó, va en sintonía con la que hace Villarruel de los genocidas, amparada en la teoría negacionista de la dictadura. Es en esa misma línea que propuso en una entrevista “destinar el predio de la Esma a algo que disfrute todo el pueblo”, desconociendo que la preservación de los ex Centros de Detención Tortura y Exterminio es una lucha del pueblo argentino, de las víctimas y familiares de detenidos y desaparecidos y de los organismos de derechos humanos por memoria, verdad y justicia, dado que allí se hallan las pruebas clave para los juicios a los militares. No por nada Villarruel quiere convertirlos en otra cosa.

El objetivo de fondo de los “libertarios” es reforzar el aparato represivo del Estado porque preparan un recrudecimiento del ajuste en curso, el cual ya ubica al 40% de la población en la pobreza. En la vereda opuesta Massa nos llama a votarlo en nombre de defender las libertades democráticas, cuando él y los gobernadores vienen aplicando una criminalización de la protesta social que ya tiene a decenas de activistas, militantes y trabajadores perseguidos. Quieren aleccionar a la clase obrera para que no enfrente sus programas de miseria.

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