Una vez más, la vida de Raúl Castells se encuentra en riesgo como consecuencia de una huelga de hambre.

Los médicos que lo atienden pronostican dos o tres semanas de vida.

Más allá de esto, su salud física y psíquica sufre irreversiblemente.

Los jueces se niegan a considerar esta situación extrema porque alegan que Castells se alimenta en forma subrepticia.

Si lo hace, las evidencias de su deterioro siguen siendo brutales.

Pero mientras a Castells le calculan las calorías, a Chabán o a Menem le toleran las festicholas.

Uno es, sin embargo, un luchador; los otros ejercen una variante de la delincuencia.

La primera dama se levanta contra la impunidad porque no sabe de lo que está hablando.

Los estafadores de IBM-Banco Nación van a quedar absueltos por prescripción, en tanto que los de IBM-DGI van como candidatos de las listas de Macri.

Hablando de Macri, ha sido denunciado por extorsión por, al menos, tres jugadores o ex jugadores.

Castells no está denunciado por MacDonald’s sino por el Estado; es, por tanto, un caso de persecución política.

Las comisiones de derechos humanos que se encuentran en los despachos oficiales, sin embargo, no se han pronunciado.

El jueves 28 habrá una marcha por la libertad de Castells.

Libertad a Raúl Castells.