Un gendarme carapintada —el ex subprefecto René Sagastizábal, del grupo ‘Albatros’— volvió a recordar lo que ya es sabido desde hace varios años: que los carapintadas conspiraron con el menemismo contra el gobierno alfonsinista en la última etapa del gobierno radical. “Sectores allegados a Menem –recuerda Sagastizábal– se reunían a diario con nosotros …”.

El carapintada va más lejos, cuando recuerda que la colaboración entre los seineldinistas y los menemistas se extendió hasta bien entrado el gobierno de Menem, exactamente hasta el levantamiento carapintada de 1990. “El alzamiento de 1990 fue acordado con el presidente Menem … nos propusieron que nos acuarteláramos y que reclamáramos por la fuerza, desconociendo a los mandos … ” (ídem). Según Sagastizábal, el levantamiento fracasó porque “Carlos Menem nos traicionó y caímos en una trampa” (ídem).

Las declaraciones del carapintada (‘a confesión de partes, …’) echan nueva luz sobre la hipótesis del golpe carapintada a principios de 1989 —en vísperas de las elecciones nacionales—, con la cual los militantes del Mtp justificaron su copamiento al cuartel de La Tablada.

Ni la hipótesis del golpe carapintada ni las relaciones entre el menemismo y los carapintadas han sido investigadas en el juicio a los militantes del Mtp, a pesar de que, precisamente, los miembros del Mtp justificaron su acción en un posible golpe carapintada.

Tampoco han sido investigadas las abundantes denuncias de torturas, asesinatos y secuestros de los militantes que participaron en el copamiento del cuartel.

Todo esto, confirmado nuevamente por las declaraciones de Sagastizábal, pone en evidencia el carácter político de la condena que pesa sobre los militantes del Mtp.

Llamamos a reforzar la campaña nacional e internacional por la denuncia de todos estos atropellos disfrazados de ‘fallo judicial’.

Llamamos a luchar  por una consigna que ha movilizado históricamente a los movimientos de derechos humanos de todos los países del mundo: ¡Libertad a todos los presos políticos!