Familiares de las víctimas de la Masacre de Wilde denuncian que el tribunal n° 3 de Lomas de Zamora autorizó el cambio de domicilio de uno de los policías bonaerenses sentenciados. El permiso rige para el excabo Ariel Rodríguez, quien actualmente reside en la ciudad de Tigre y se mudará a una localidad aledaña a La Falda, Córdoba.

Cambio de domicilio que pone en amenaza de fuga al ex integrante de la fuerza, condenado hace un año atrás, a 25 años de prisión. En suspenso, hasta el fallo quede firme.

La masacre de Wilde es un caso resonante a nivel nacional. Ocurrido el 10 de enero de 1994, cuando cuatro personas fueron asesinadas y una resultó herida por la fenomenal balacera efectuada por once agentes de la brigada de investigaciones de Lanús. Pesquisas y averiguaciones concluyeron que los efectivos circulaban en coches sin distintivos policiales, ni patentes, sin uniforme ni chapa identificadora. Pero si con sus pistolas 9 milímetros.

Ese lunes de verano confundieron a esos coches con integrantes de una banda de ladrones relacionada con la comisaría, quienes no entregaron el botín (dinero y drogas). Las víctimas fueron el remisero Norberto Corbo y sus pasajeros, Claudio Mendoza y Héctor Bielsa, quienes viajaban a bordo del Peugeot 505, y el vendedor de libros Edgardo Cicutín, quien viajaba en un Dodge 1500, conducido por Claudio Díaz, que logró sobrevivir.

De los oficiales involucrados en la matanza, dos fallecieron sin comparecer en los tribunales. De los nueve restantes, siete fueron juzgados y condenados. Sentencia en suspenso, hasta que la corte suprema lo confirme.

En todo el proceso no pasaron por el banquillo de los acusados, ni el jefe de la Bonaerense (para aquel entonces, Pedro Anastasio “El Polaco” Klodczyk) quien falleció el 4 de noviembre del 2000, libre de culpa y cargo. Como tampoco Eduardo Duhalde, gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires. Ambos responsables de la maldita bonaerense.

No se debe olvidar que Marcos Ariel Rodríguez, antes de ser juzgado y condenado, se profugó por veinte años, detenido (nuevamente) en septiembre de 2014, en un almacén que él atendía en Córdoba.

Raquel Gazzanego, viuda de una de las víctimas, entrevistada en el programa Política del Sur, por FM Urbe 97.3, el pasado martes 5 de diciembre, afirmó que “en lo personal no me cabe duda de que recibe protección de alguien. Ellos no dejaron de ser nunca la mejor policía del mundo de (Eduardo) Duhalde (…) conformaron grupos de tareas delictivas por el poder político, por el poder policial y por el Poder Judicial, por eso esta causa no pudo dilucidarse correctamente en tiempo y forma”.

A poco de cumplirse 30 años, el permiso de mudanza hace ondear la bandera de impunidad. El reclamo de justicia por la masacre de Wilde sigue vigente. Cárcel común para los policías condenados. Juicio y castigo para todos los responsables, políticos y materiales.