Masiva huelga de hambre en Caleta

Marcela Constancio, Sel­va Sánchez y Elsa Oroz­co, las compañeras pre­sas en Caleta Olivia por reclamar trabajo, llevan siete días de huel­ga de hambre. Se han sumado a la medida los otros tres presos va­rones -Mansilla, Iglesias y Perancho-, que formaron parte del gru­po de valerosos piqueteros que obligó a las petroleras a entregar puestos de trabajo. Pero también Cintia Darco, una detenida acu­sada por delitos comunes que ha hecho causa común en la lucha contra el hostigamiento de la Po­licía y la complicidad de la “Jus­ticia”.


Marcela y sus compañeras y compañeros han llegado a una huelga de hambre frente al trato ignominioso en los lugares de de­tención, un trato que va desde el encarcelamiento junto a presos co­munes (lo “que ya ha puesto en pe­ligro su salud física”), la limitación de las visitas a niveles exasperan­tes tratándose de madres con mu­chos chiquitos, la casi prohibición del uso del teléfono, "limitado ex­clusivamente a una hora diaria, mientras que al resto de internos se les permite el usufructo del ser­vido desde la mañana a la noche”, y hasta "hostigamiento psicofísico a las personas (en especial a las de sexo femenino) por parte del perso­nal responsable”. (Lo entrecomilla­do corresponde a la denuncia pre­sentada ante el juez el 27 de octu­bre.)


El juez, advertido de esta situa­ción, no ha tomado una sola medi­da elemental de cuidado de los de­tenidos, porque actúa al servido de las petroleras, que son las que go­biernan Santa Cruz.


El PO denuncia una campaña destinada a quebrar a las compa­ñeras y compañeros presos en Caleta, para desmoralizar al movi­miento de lucha que ha arrancado más de 2.000 puestos de trabajo en la provincia y que es una referencia para el conjunto de la clase obrera.


Los luchadores de Santa Cruz han dado dos lecciones que no de­ben ser desaprovechadas. Una, la de crear trabajo mediante la acción compulsiva contra los capita­listas. Otra, la de defender la dignidad del luchador y del preso social frente a la masacre social que se opera detrás de las paredes de una cárcel.


No a las condiciones de deten­ción de las presas y presos de San­ta Cruz. Libertad a todos los presos. Llamamos a una doble joma­da de movilización: el 16, de Ave­llaneda a Plaza de Mayo y en to­do el país; el 20, en el extremo sur, en la Segunda Marcha hacia Ca­leta Olivia desde todas las locali­dades de Santa Cruz y Chubut por la “libertad a los presos por pedir trabajo".