Mendoza: comienza el segundo juicio por los abusos cometidos en el Próvolo

Luego de cuatro años desde que se realizaron las primeras denuncias por abuso sexual en el instituto Próvolo y de un primer juicio histórico en la provincia en el que resultaron condenados los curas Horacio Corbacho y Nicolás Corradi, por abuso sexual agravado,se dio inicio este lunes 3 de mayo a un segundo megajuicio en el que se encuentran imputadas las monjas Asunción Martínez y Kumiko Kosaka, junto a otras seis personas ligadas a la institución, como la representante legal, exdirectoras y la psicóloga de la institución.

Esta vez, lo que busca juzgarse es la participación primaria o secundaria de estas acusadas en relación a los abusos cometidos por los curas. Es decir, establecer quienes facilitaban los abusos en el Próvolo y quienes tienen responsabilidad por no haber denunciado los aberrantes hechos que ocurrían en el interior de la institución.

Este juicio llega con un importante retraso no solo por la pandemia sino también por los esfuerzos de la defensa y la Iglesia en dilatar el proceso mediante pedidos de nulidad, que incluso buscaron revictimizar a las víctimas al cuestionar los testimonios obtenidos a través de lenguaje de señas.

Es por esto que este juicio es una verdadera conquista a partir de la lucha de los familiares y sobrevivientes del Próvolo. Con el primer proceso quedó demostrado que no es fácil dar batalla contra los abusos eclesiásticos que tienen fuerte protección de la Iglesia y el Poder Judicial. Incluso recordemos que fue el exintedente Omar de Marchi quien ofreció un salvataje a la Iglesia al comprar los edificios del instituto, debilitando la posibilidad de obtener una reparación para las víctimas.

Queda aún la tarea de establecer las responsabilidades del Estado, desde donde se debe ciudad por la salud y la integridad de menores y personas con discapacidad y que en este caso no sucedió durante muchos años. También la lucha por una reparación integral que debieran hacer tanto el Estado como la Iglesia a las víctimas del Próvolo, pero que solo ha encontrado silencio en el arzobispado y el Vaticano.

Desde el Partido Obrero acompañaremos a los sobrevivientes y familiares en este segundo juicio histórico en la provincia, para que obtengan justicia y levantamos en alto las banderas exigiendo la separación de la Iglesia y el Estado, para poner fin al encubrimiento sobre los curas abusadores y poder así garantizar Justicia para las víctimas del Próvolo y de todas las víctimas que ha sufrido este flagelo en nuestro país y el mundo.