A punto de cumplirse ocho años de la desaparición de Luciano Arruga, se desarrolló una importante movilización que culminó en la plaza que lleva el nombre del joven, ubicada en el barrio 12 de octubre de Lomas del Mirador, donde se desarrolló un acto y posteriormente una jornada artística.

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En el trayecto de la marcha se colocaron carteles que recuerdan lo ocurrido con Luciano.

Además del reclamo de justicia por Luciano, estuvo presente el planteo "no a la baja de edad de imputabilidad" que promueve el gobierno macrista.

Acompañaron a los familiares Nora Cortiñas, familiares de víctimas de casos de gatillo fácil de varios puntos del país (incluyendo Santa Fe, Neuquén y Santiago del Estero), Romina del Plá (secretaria general del Suteba La Matanza), María del Carmen Verdú (Correpi), Claudia Ferrero (Asociación de Profesionales en Lucha), el Partido Obrero, Barrios de Pie, el PTS, la 29 de Mayo y otras organizaciones.

"Esta movilización es fundamental", señaló Romina del Plá. "A ocho años seguimos sin que haya justicia, ningún condenado, ningún procesado y ningún encarcelado por esta causa". Y agregó: "tanto el gobierno kirchnerista como actualmente el macrismo se han empeñado en seguir protegiendo el aparato represivo", agregó.

Cortiñas denunció en el acto que el Estado sigue desapareciendo, torturando y cometiendo delitos contra los chicos pobres de los barrios. Llamó a una fuerte movilización el 24 de marzo en conmemoración de los 30 mil desaparecidos y contra la política represiva del gobierno actual.

En 2008, policías bonaerenses que operaban en el destacamento del barrio le ofrecieron a Luciano, de apenas 16 años, robar para ellos en distintas zonas liberadas de esa parte de La Matanza. Como Luciano se negó, comenzaron las amenazas, la persecución y el hostigamiento. En septiembre de 2008 fue detenido y llevado al destacamento donde sufrió golpes y torturas.

El 31 de enero de 2009 Luciano fue detenido ilegalmente en la plaza de la 12 de Octubre. Fue llevado -por lo menos- al Destacamento y a la comisaría 8va y fue torturado en ambos lugares. Horas después cruzaba corriendo descalzo la Avenida General Paz a la altura de Mosconi, donde fue atropellado y murió.

Sólo cinco años más tarde, como resultado de la persistencia de la lucha de sus familiares y organizaciones de Derechos Humanos, pudo romperse el encubrimiento policial y se conoció lo que pasó con él.

Pero a dos años y tres meses de la aparición del cuerpo de Luciano la causa está paralizada. No hay imputados y los 8 policías que estaban siendo investigados por el hecho fueron restablecidos en sus puestos, luego de que fueron pasados a disponibilidad un tiempo. Es claro que se ha levantado un cerco que pretende dejar impune el crimen de Luciano, porque de ir a fondo con la investigación del mismo caerían no solo los responsables materiales, sino también los intelectuales y los políticos. Los mismos permitieron la realización de las torturas que terminaron en la muerte de un menor de edad, en una casa alquilada por el municipio para que funcionara como Destacamento (la cual estaba inhabilitada para recibir detenidos). Luego dispusieron de todos los recursos humanos y materiales del Estado para encubrir el hecho.