Las organizaciones de la Multisectorial de La Plata y Justicia Ya! nos movilizamos por tercera vez contra el otorgamiento de la prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz, esta vez ante el Tribunal Oral N°1, que deberá resolver sobre la concesión del beneficio en causas en las que fue condenado a perpetua.

 

Los organismos de derechos humanos presentamos un escrito acompañando un informe médico sobre el verdadero estado de salud de Etchetcolatz realizado en abril, en que consta que entonces pesaba lo mismo que ahora, 76 kilos, luego de una semana de “huelga de hambre”. Los defensores del genocida están tratando de forzar la interpretación de los informes clínicos para obtener el beneficio. Los abogados de la querella de Justicia Ya! La PLata –de la cual Apel forma parte–, pedimos una audiencia con los jueces para explayarnos en nuestros argumentos y que no concedan este beneficio de impunidad, pero se negaron a recibirnos.

 

La resolución del TOF N°1 se conocerá recién la semana que viene. Aunque sea favorable al pedido de Etchecolatz, no se hará efectiva hasta que resuelva la Cámara de Apelaciones (un juez de primera instancia rechazó el mismo pedido en otra causa que todavía está en trámite).

 

Debemos redoblar los esfuerzos y continuar movilizados contra la impunidad. Durante los gobiernos K, sumaban 441 represores –sobre unos 2.000 imputados– los beneficiados con prisión domiciliaria. En los primeros seis meses de gobierno Macri, se sumaron otros 50. El gobierno anunció que no apelará la prisión domiciliaria de los genocidas ni recusará a los jueces que pretendan concederlas. Esta política de impunidad es funcional al objetivo de involucrar a los represores en la represión interna para enfrentar la crisis social desatada por el ajuste.

 

El próximo 18 de septiembre, cuando se cumplan 10 años de la segunda desaparición de Julio López, debemos ser miles en las calles.

 

Cárcel común, perpetua y efectiva. Ni un solo genocida por las calles de Argentina.

 

Jorge Julio López, presente.