Otra imputación a Víctor da Vila en Mendoza

Rodolfo Suarez, ajuste y persecución política.

Víctor da Vila - Foto de archivo

El día martes 26 de julio nuestro compañero Víctor da Vila fue nuevamente imputado por la justicia de Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo. Esta es la segunda imputación que suma en las últimas semanas y la cuarta que le promueve el gobierno provincial.

Como en las anteriores la imputación es por acompañar un reclamo popular, en este caso la masiva movilización de la Unidad Piquetera del 9 de junio. Ese día más de 10 mil compañeros con carretillas, picos y palas abrazaron la Casa de Gobierno en reclamo de trabajo genuino, un plan de obras públicas para la urbanización de los barrios más postergados y la construcción de viviendas.

Este ataque está inscripto en la campaña de carácter nacional que impulsan, sin distinción, el gobierno nacional y los provinciales, como el de Morales en Jujuy contra los militantes de la izquierda, una campaña que tiene especial blanco en los militantes del Partido Obrero.

La justicia

La justicia provincial ha perdido todo vestigio formal de independencia republicana de poderes. Es una herramienta central en el sostenimiento del régimen político montado por Alfredo Cornejo desde 2015. El exgobernador radical colocó a Alejandro Gulle al frente de la jefatura de fiscales desde donde se “seleccionan”, se “aceleran” y “planchan” los distintos procesos de investigación y acusación de acuerdo a la conveniencia del gobierno radical.

Esta imputación es la expresión más burda de la manipulación de la justicia para las necesidades políticas del ejecutivo provincial.

Según consta en el expediente judicial, el fiscal ordenó una serie de medidas como consecuencia de un artículo periodístico del 8 de junio. En este se informa que la Unidad Piquetera se movilizaría por una serie de reclamos como trabajo, alimentos y viviendas. A primera vista salta que el fiscal entiende que un reclamo popular, que una movilización de protesta, es un delito.

En el expediente nunca se indica que da Vila es organizador o impulsor de la medida de lucha sino que se lo señala, identifica y destaca en varias oportunidades en su condición de “dirigente político”. Existe una manifiesta animosidad contra él y claramente contra la política que representa.

El expediente es la confirmación empírica de que estamos frente a un grave hecho de persecución política contra la izquierda y en particular contra uno de sus principales referentes.

Persecución

La persecución del gobierno provincial busca bloquear los enormes esfuerzos que se hacen, desde la izquierda y el Partido Obrero en particular, para darle una expresión política al conjunto de reclamos y luchas populares que recorre nuestra provincia.

La imputación y persecución contra Víctor da Vila no es de tipo personal, es contra la fuerza política que representa: una oposición consecuente por izquierda al gobierno derechista de Suárez, que busca el apoyo popular para derrotar la política de ajuste y subordinación al FMI como ocurrió con la puebla contra la megaminería, la gran lucha de los trabajadores de la educación, salud, vitícolas, de la industria, los servicios o el Estado. Una oposición que se mantiene firme con los trabajadores estafados por las privatizaciones como los ex-YPF o de correos. Lo mismo con el férreo apoyo al movimiento de lucha de las mujeres.

Estamos en presencia de una persecución política que busca callar a quienes rechazan la entrega de la Cordillera a las multinacionales megamineras, que denuncian sistemáticamente la utilización de los recursos públicos para la compra de favores como el caso Bonarrico, las abultadas dietas de los políticos patronales o el festival de subsidios a las grandes empresas que dominan la provincia.

La preocupación del gobierno no es desmedida. La expulsión de los punteros por asambleas y organizaciones piqueteras como el Polo Obrero marcan un nuevo momento político. Este proceso se extiende a las filas del movimiento obrero donde los trabajadores redoblan las discusiones para defender su salario y sacarse encima a los burócratas que sostienen una tregua con el gobierno.

El Partido Obrero redobla su campaña política por una salida de los trabajadores a la crisis, por un gran paro nacional para quebrar la política de salarios de hambre y contra toda persecución a los luchadores, dirigentes políticos y nuestro compañero Víctor da Vila.