Otro caso de gatillo fácil

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Por la derogación del Código de Faltas

OTRO CASO DE GATILLO FÁCIL (5) ok




Otro joven más ha muerto a manos de la Policía. El sábado 26 de julio, cerca de las 3 de la madrugada, un joven de 18 años murió de un balazo en la cabeza, y su primo, de 21, resultó herido, luego de ser perseguidos por la Policía a los tiros cuando regresaban a su casa, en la zona de los cortaderos de barrio Los Boulevares.

Fernando Alberto Pellico era el chico asesinado. Su primo, Maximiliano Peralta, resultó herido de bala en la pierna, por lo que fue derivado al Hospital de Urgencias y posteriormente alojado en la Jefatura de Policía, detenido e incomunicado.
Ya van siete casos de gatillo fácil en lo que va del año. ¡Y éstos sólo son los que tomaron estado público! Y no hablamos de las numerosas denuncias por abuso policial.

La militarización de los barrios se traduce en operativos que sistemáticamente persiguen y detienen de manera arbitrara a los jóvenes. Amparada en diferentes figuras del Código de Faltas (merodeo, resistencia a la autoridad, negación a identificarse), la Policía asume que la portación de rostro -especialmente el uso de capuchas y gorras- constituye un elemento suficiente para hostigar a la juventud, detenerla en las comisarías e incluso encarcelarla en cárceles de máxima seguridad.

Semejante despliegue policial en los barrios, al cual se suma el “operativo saturación” para el control de las motos, está lejos de brindar una mayor seguridad a los trabajadores y vecinos cordobeses; por el contrario, los hechos de inseguridad aumentan, a la par que se fortalecen las bandas del crimen organizado, el narcotráfico y la trata de personas. Estas redes cuentan con la complicidad de la cúpula de las fuerzas de seguridad, como quedó en evidencia con estallido del narco-escándalo de jefes policiales involucrados con los narcos, a fines del año pasado.

Existen numerosas denuncias por parte de las familias de los barrios periféricos sobre el hostigamiento policial permanente que sufren sus hijos; e incluso de extorsiones de oficiales a los chicos para obligarlos a delinquir en su propio beneficio -hay más casos como el de Luciano Arruga, no sólo en Buenos Aires.

El incremento en los casos de gatillo fácil y abuso policial evidencia la descomposición de las fuerzas de seguridad, así como la orientación de la policía de De la Sota en criminalizar y regimentar a la juventud en los barrios. Para hacerlo, la Policía se ampara en el Código de Faltas para aplicar discrecionalmente su autoridad.

Desde la banca del Frente de Izquierda reforzaremos la lucha contra el Código de Faltas, presentando un nuevo proyecto de derogación; ya hemos exigido la presencia del ministro de Seguridad para responder por la situación.

Corresponsal