El camporista Horacio Pietragalla Corti, devenido en secretario de Derechos Humanos de la Nación, estuvo en Jujuy realizando una serie de reuniones en la ciudad de la Quiaca de cara al 24 de Marzo. Si bien su visita coincidió con una masiva movilización en la provincia exigiendo la liberación de los detenidos tras la brutal represión desatada por el gobierno de Morales hacia las organizaciones piqueteras independientes, el secretario no solamente no participó de la misma sino que evitó pronunciarse siquiera al respecto, colocándose en el campo de quienes escarmientan la lucha popular.

¿A qué se debe esta omisión por parte del secretario ante hechos tan graves en materia de derechos humanos? Recordemos que los luchadores detenidos por reclamar alimento y trabajo denunciaron que fueron sometidos a torturas en las comisarías y siete de ellos continúan en prisión. Al punto tal, que las fuerzas represivas perpetraron golpes hacia una compañera que estaba cursando un embarazo. Sin embargo, Pietragalla desdeña todas estas atrocidades en nombre de no erosionar los vínculos políticos con el cambiemita Gerardo Morales, un férreo defensor del acuerdo en puertas con el Fondo Monetario.

Como vemos, el funcionario sacrifica la más elemental defensa de las libertades democráticas en el altar del FMI. Si bien se trata de denunciar el accionar de un gobernador de la oposición, lo que menos quiere el oficialismo es poner en riesgo el acuerdo con el Fondo en pos de rescatar la deuda usuraria. El mismo silencio cómplice acerca de lo sucedido en Jujuy caracterizó al conjunto de las organizaciones de derechos humanos ligadas al kirchnerismo, mostrando que no es posible luchar consecuentemente por esas banderas integrándose al Estado capitalista.

Es la constatación de que la secretaría encabezada por Pietragalla es sencillamente una cáscara vacía cuya función principal consiste en abonar a la cooptación de las organizaciones de derechos humanos y quitarles todo rasgo de independencia política. Sin ir más lejos, el gobierno kirchnerista se volcó de lleno a estatizar a dicho movimiento, logrando enlodar la trayectoria de lucha de muchos de sus referentes.

Por otra parte, el gobierno nacional se cuida de condenar los episodios represivos de Jujuy porque en el fondo comparte esa misma orientación. Al Frente de Todos tampoco le tiembla el pulso a la hora de amedrentar las luchas, lo demuestra en cada desalojo a las familias que reclaman por tierra y vivienda como ocurrió en Guernica y tantos otros asentamientos. A su vez, es consciente de que la hoja de ruta del FMI comprende numerosos ataques a la población trabajadora y tanto el gobierno nacional como los provinciales apelarán a un reforzamiento represivo para desalentar la movilización.

Finalmente, la represión a la protesta social es patrimonio común de todas las fuerzas políticas del régimen. Por lo tanto, la organización independiente es requisito fundamental para llevar a fondo la lucha por los derechos humanos. Reforcemos la movilización para que liberen a los compañeros detenidos y conquistar todos los reclamos pendientes.

 

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