Por Lila Calderón y Pablo Calarota

Repudiamos enérgicamente el procesamiento de Lila Calde­rón y Pablo Calarota y de cada luchador social al que pretendan in­movilizar con detenciones, persecu­ciones o amenazas.


Al pueblo no se lo hace callar con artilugios jurídicos. El pueblo se calla cuando come, cuando tra­baja, cuando estudia. El pueblo no debe vivir bajo sospecha, el pueblo debe vivir bajo un techo. Sus representantes tienen la obligación de darle la posibilidad de obtenerlo.


Lila Calderón y Pablo Calarota no serán dos voces menos en el gri­to del pueblo, porque no van a si­lenciarlos con procesamientos. Sus voces se multiplicarán por miles hasta que una verdadera justicia social se haga presente en el país.