En pocos días culmina el juicio a los asesinos del joven militante Mariano Ferreyra, realizado por grupos de choque de la burocracia sindical ferroviaria en octubre de 2010, en el marco de un piquete de trabajadores tercerizados que reclamaban su pase a convenio. Este proceso es histórico en la Argentina, puesto que es la primera vez que se desarrolla un juicio con los asesinos materiales e intelectuales sentados en el banquillo de los acusados: entre los presos juzgados, se encuentra José Pedraza, quien fuera secretario general de la Unión Ferroviaria, de la burocracia sindical integrada al gobierno kirchnerista. Los otros acusados son miembros de la policía que protegieron a la patota asesina, por una indudable orden política.

Esta lucha ferroviaria y el vasto movimiento popular por el crimen de Mariano Ferreyra pusieron en evidencia al gansterismo de la burocracia peronista en la que se asienta el gobierno kirchnerista, su carácter empresarial ligado a la explotación de los trabajadores tercerizados y la prolongación de la privatización que ha vaciado los ferrocarriles.

Por esta lucha, casi tres mil trabajadores tercerizados pasaron a convenio ferroviario y se colocó en la agenda nacional la cuestión de la tercerización, la cual afecta a 600 mil trabajadores en la Argentina, y su pase a planta permanente y convenio colectivo.

El Encuentro Sindical Internacional de París -convocado por Conlutas, Solidaires y CGT de España- resuelve adherir a la lucha por la prisión perpetua de los asesinos de Mariano Ferreyra y sus responsables políticos, así como también realizar una campaña internacional contra la tercerización laboral y por el pase a planta permanente y convenio de la actividad principal de todos los trabajadores tercerizados y precarizados en todo el mundo.