Una brutal cacería, una atmósfera irrespirable, balazos a quemarropa: la Policía Bonaerense desplegó una salvaje represión contra la hinchada de Gimnasia y Esgrima de La Plata, en las inmediaciones del estadio e incluso adentro de la cancha, durante el partido con Boca Juniors. Falleció un hombre de 57 años y hay más de un centenar de heridos.

Las versiones dan cuenta de que los incidentes comenzaron durante el congestionado ingreso al estadio del público tripero. Al momento de iniciar el partido fueron cerradas las puertas y la policía avanzó a golpes, balas de goma, corridas y gases lacrimógenos que rápidamente inundaron el propio campo de juego, y el encuentro debió ser suspendido antes de cumplirse los 10 minutos de juego.

Por el clima irrespirable y la embestida en los alrededores del estadio, ubicado en el bosque de La Plata, tantos los hinchas como el plantel de ambos equipos se refugiaron donde pudieron. Un camarógrafo de TyC Sports fue baleado por personal policial, recibió tres impactos en el pecho. Entres las decenas y decenas de heridos hay niños y adultos mayores, y un hombre identificado como César Regueiro, de 57 años, murió de un paro cardíaco mientras era trasladado en ambulancia.

La brutalidad represiva quedó registrada en numerosos videos que circulan en redes sociales y por las cámaras de televisión. Fotos muestran cartuchos de balas de plomo. Hasta el titular de Aprevide, Eduardo Aparicio, declaró que la policía “debe dar explicaciones”. Sin embargo, el ministro de Seguridad Sergio Berni se hizo presente poco después y defendió la represión afirmando que el conflicto fue generado por gente que quería ingresar al estadio sin entrada. El intendente Julio Garro también se lavó las manos. Son los responsables políticos por este nuevo crimen de la Bonaerense.

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Otro episodio negro en el fútbol argentino, otra vez por la Bonaerense y sus jefes políticos. Fuera Berni; Garro y Kicillof también son responsables.