Santa Cruz: las prácticas de la dictadura intactas en la policía de Alicia Kirchner

En estos días se ha publicado un video con declaraciones de Javier Astorga, un joven de la ciudad de Río Gallegos brutalmente golpeado por la infantería durante la pandemia.

Imagen: Corresponsal.

En estos días se ha publicado un video con declaraciones de Javier Astorga, un joven de la ciudad de Río Gallegos brutalmente golpeado por la infantería durante la pandemia. El desgarrador relato contó con la producción periodística de José Antonio Villanueva y un gran equipo de trabajo que le quitó el velo a la impunidad que despliega el poder político sobre el aparato represivo policial de Santa Cruz.

“Me llevan hasta el quincho, que se encuentra ahí al fondo (señala el lugar). Ahí es donde me ponen música a todo volumen, ponen cuarteto, mientras… me insultaban, me pegaban todo el tiempo”. Es un fragmento de la declaración del joven Astorga, que lleva a rememorar los aberrantes sucesos ocurridos en la Esma.

Décadas más tarde se podría decir que Javier también sobrevivió y tuvo el valor de contar lo que pasó, y aunque suene fuerte, la verdad es que otros jóvenes de Santa Cruz no corrieron con la misma suerte y fueron asesinados en las comisarías, como es el caso de Gustavo Gerez en Caleta Olivia. O los casos sin esclarecer desde 2020, donde la policía hizo pasar por suicidios seis muertes muy dudosas en las comisarías de Caleta Olivia.

La seccional sexta de la ciudad de Río Gallegos carga con la golpiza sobre un enfermero que había finalizado su guardia, durante el periodo de aislamiento por la pandemia, y se dirigía a su hogar. En el camino fue interceptado por la infantería y golpeado por ser de procedencia chilena. Un claro caso de xenofobia. También allí golpearon a una joven víctima de violencia de género por parte de un funcionario de gobierno.

Finalmente el joven Astorga fue golpeado por ser considerado homosexual, al punto tal de ser amenazado por la policía con ser llevado junto a los reclusos para que lo violen.

Nadie en la policía de la provincia de Santa Cruz ha sido separado de su cargo y llevado a juicio por estos aberrantes hechos, con métodos propios de la dictadura militar. Es más, aún no se ha dado inicio al juicio por el asesinato de la docente Jesica Minaglia, que fuera asesinada por su expareja, un efectivo de la fuerza policial de la provincia y así podemos seguir enumerando casos.

En la provincia del gobierno de los derechos humanos la impunidad reina y brota hasta de las alcantarillas. Será tal vez por eso que algo huele muy mal en Santa Cruz, un régimen en descomposición que solo puede traer más miseria y penas al pueblo.

Mientras tanto, en esta provincia Austral que ha visto al clan kirchnerista construir una Justicia a su imagen y semejanza, los luchadores sociales, gremiales y políticos son perseguidos con causas fraudulentas construidas por el poder político sin que los organismos de derechos humanos oficiales digan una sola palabra, el mismo silencio que guardan cuando mueren nuestros jóvenes en las comisarías amparadas por el poder político.

La salida es clara, no podemos permitir más atropellos del gobierno que hambrea al pueblo. Hay que luchar para que los pibes se sientan seguros, para que las familias obreras no pasen más hambre, para que la Justicia no persiga más a quienes enfrentan este ajuste feroz que sólo puede pasar con el amedrentamiento al pueblo.