Hoy 5 de noviembre se cumplen 7 años de la desaparición forzada de Daniel Solano. Proveniente de Tartagal, provincia de Salta, era integrante de la comunidad guaraní Misión Cherenta y llegó al valle de Río Negro para trabajar para la multinacional Expofrut mediante la tercerizadora Agrocosecha en la cosecha de peras y manzanas. Tenía 27 años.

Daniel fue visto por última vez cuando la policía lo sacaba a los golpes del boliche Makuba en la ciudad de Choele Choel aquel sábado 5 de noviembre del 2011. Resulta que Daniel había descubierto una estafa contra los trabajadores rurales de parte de la empresa.

Desde la desaparición, sus familiares emprendieron una lucha que puso al desnudo una red de complicidades que abarcaba a la justicia, los empresarios, el poder político y la policía. Como fruto de esa batalla se logró este año la condena a prisión perpetua contra los 7 policías en el juicio realizado en Fiske Menuco, si bien los agentes aún permanecen en libertad.

Queda pendiente avanzar para que se juzgue a todos los responsables materiales e intelectuales que aún no pasaron por el banquillo de los acusados.

En definitiva, el caso de Daniel Solano pone en evidencia a un régimen explotador, precarizador y corrupto.

Daniel Solano presente, ahora y siempre. Recordamos también a Gualberto Solano, el padre de Daniel fallecido recientemente.

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