Sobisch libera a represores

El 26 de enero pasado, más de 600 personas recorrimos el centro de Neuquén, rodeamos la Casa de Gobierno y finalizamos con un acto frente al Juzgado, para repudiar las maniobras legales para dejar en libertad a los únicos cuatro policías imputados en la causa del compañero Pedro Alveal, integrante del MTD y obrero de Cerámica Zanón, quien perdió un ojo en la salvaje represión del 25 de noviembre. La movilización en Neuquén formaba parte de la convocatoria a la Plaza de Mayo ese mismo día.


En las 48 horas siguientes, se dio a conocer que "los camaristas… modificaron la calificación de los hechos. Los policías imputados, en lugar de enfrentar un juicio por lesiones gravísimas, doblemente agravadas, contra el joven ceramista, de 20 años, que prevé una pena de entre 3 y 10 años de prisión, según el Código Penal, lo harán – si queda firme – por lesiones graves en riña agravada por el uso de armas. Con esta nueva figura, que reduce la pena, los imputados quedaron libres" (Río Negro, 28/1/03).


Los camaristas fueron incluso más allá al señalar que "la represión fue – en principio – ajustada a la ley…". El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, en su visita a Neuquén, había dicho que "la represión con balas de plomo fue selectiva, ya que los heridos con armas de fuego fueron todos dirigentes de los movimientos sociales, lo cual da la sensación de que hubiese habido una selección del blanco criminal" (Río Negro, 4/12).


La gravedad del caso del compañero Alveal exige que sea inscripto en las reivindicaciones de las luchas de los movimientos populares, por juicio y castigo y por la investigación de la responsabilidad del gobierno, que planificó la salvaje represión incluso con balas de plomo, en este nuevo intento de impunidad.