Tucumán: marcha por justicia para Luis Espinoza

Este martes 2 de junio  participamos en la manifestación que se convocó desde Familiares de víctimas de gatillo fácil por el asesinato a manos de la policía del trabajador rural Luis Espinoza. Al final de la movilización un grupo de periodistas fue amedrentado por policías federales que fotografiaron su labor.


La desaparición forzada seguida de muerte de Luis Espinoza por parte de la policía provincial  puso de relieve el accionar policial cotidiano en los barrios y la complicidad estatal en este tipo de hechos. La conmoción que produjo el caso y la confirmación de las pericias de la responsabilidad directa de la policía en el asesinato llevaron a la justicia a mantener detenidos a 10 personas (9 agentes).


Agobiados por las circunstancias, desde el gobierno reflotaron proyectos para modificar la Ley orgánica de la policía de la provincia (numero 3.656) y cambiaron a algunos jefes zonales. Por su parte, la UCR pidió le renuncia del ministro de Seguridad, Claudio Maley, y la intervención del Ministerio de Derechos Humanos de la Nación. Estas declaraciones son de ocasión y solo buscan frenar la crisis que se abrió al calor de las denuncias contra la fuerza policial. En su visita a la provincia, el presidente Alberto Fernández omitió por completo el tema. A su vez desde la Secretaría de Derechos Humanos provincial emitieron un tibio comunicado. Cuando la policía asesinó por la espalda a Facundo Ferreira, un niño de 12 años que circulaba en moto en 2018, desde el gobierno y la oposición patronal justificaron el accionar. Al respecto, Martín Correa, dirigente del Partido Obrero Tucumán indicó: “la policía de Tucumán es una policía que ya tiene antecedentes en casos de encubrimiento, gatillo fácil y represión contra los trabajadores que luchan”.


Lo cierto y concreto es que el gobierno ha dado más poder a la policía criminal con la mal llamada “ley antimotochorro”, que aprobó con el acompañamiento del busismo. La podredumbre de la policía viene de arriba, y su entrelazamiento con el narcotráfico y delitos mayores no es obra de algún efectivo suelto. Manzur sabe que necesita a la policía para reprimir las luchas que se desenvuelven contra la carestía, la impunidad y los atropellos patronales que se agravaron con la cuarentena. Por eso se hace imperioso organizarse de manera independiente de los bloques patronales que buscan maquillar con alguna reforma menor a una institución decompuesta.


Desde el partido obrero seguiremos en las calles exigiendo justicia por Luis Espinoza y el desmantelamiento del aparato represivo.