Un nuevo crimen político

El 29 de enero fallecía la eximia pianista Myrtha Raia de 84 años, como resultado de los golpes recibidos en la cabeza en un hecho aún no esclarecido el sábado 26 a la madrugada en su domicilio. La hipótesis inicial de un crimen común se vino abajo, pues no se pudo verificar el faltante de ningún valor. Myrtha Raia es madre de un desaparecido en 1977, cuyo caso se ventila en la megacausa de los crímenes de lesa humanidad cometidos en los Arsenales y la Jefatura.


La hipótesis de un crimen político que tendría el propósito de intimidar al conjunto de los testigos de la megacausa se comienza a confirmar a partir del hecho de que a Alejandra Ponce, la hija de Myrtha, se le va a destinar custodia en la condición de testigo protegido. Son centenares los anotados a brindar sus denuncias.


Se pone en evidencia que los grupos de tareas siguen actuando y están enquistados en los propios aparatos de represión e inteligencia del Estado.


El crimen ya ha dado lugar a diversos pronunciamientos y acciones del movimiento artístico, pero los organismos de derechos humanos aun no se han pronunciado.


Juicio y castigo a TODOS los responsables, materiales y políticos. Desmantelamiento de la D2 (servicios de inteligencia). Basta de impunidad.