Vicente Massot: “Matar a sus empleados, antes que indemnizarlos”

El 1º de julio de 1976, los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, trabajadores del diario bahiense La Nueva Provincia (LNP) y dirigentes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca, fueron secuestrados, torturados y asesinados en un operativo conjunto del Ejército, la Prefectura y la Armada.


LNP no denunció los secuestros, sólo dio la noticia de la aparición de los cadáveres. Por entonces, el jefe del V Cuerpo de Ejército, el General Acdel Vilas manifestaba: "Hay empresas que prefieren matar a sus empleados antes que indemnizarlos".


El arzobispo local Jorge Mayer acusó a las víctimas. En 1975, Heinrich y Loyola habían encabezado un reclamo y una huelga triunfante contra el diario. Durante largo tiempo habían liderado los reclamos laborales. La dirección del diario planificó la desaparición, facilitando a los secuestradores las tareas de inteligencia previas.


El secuestro y asesinato de los dos trabajadores gráficos forma parte de una causa en la que se investigan los crímenes cometidos en jurisdicción de la Armada Argentina durante la dictadura militar.


La dirigencia de LNP fue señalada como colaboracionista de la dictadura en la sentencia del Tribunal Oral de Bahía Blanca, que condenó en septiembre de 2012 al primer grupo de militares por sus acciones en la zona. Sin embargo ninguno de los dueños del diario pisó un tribunal en casi 30 años.


En dicha sentencia el tribunal ordenó investigar por separado la complicidad del diario. Fue el puntapié inicial para el actual pedido de detención de Massot. Las declaraciones del fiscal Cañón ilustran la impunidad de los Massot y la complicidad de todos los partidos patronales con la misma: "La impronta de la familia Massot en Bahía es muy fuerte, y romper con ese mandato cultural es casi imposible. No hay intendente de la región que se atreva a quitar la publicidad oficial de los medios del grupo, o limitar el vínculo con el diario. Y por supuesto, ningún juez se anima a ordenar la detención del empresario.


El tema es que a Massot no se le animan. Y ya algunos empezaron a decir que detenerlo significaría un ataque a la libertad de prensa" (ex fiscal Hugo Cañón, Tiempo Argentino, 19/5).


Recién a principios de 2013 dos fiscales solicitaron la indagatoria de Massot y Mario Gabrielli (editorialista del diario) por su colaboración con la dictadura y por el secuestro y asesinato de los delegados gráficos de LNP.


El Juez Federal subrogante desestimó sin fundamentos el pedido. Ahora, la Cámara Federal revocó esta decisión y citó a Massot a declarar. Gabrielli murió impune (uno más) en julio de este año. Massot sigue siendo un hombre fuerte de la política patronal en Bahía Blanca. Hace unos meses declaró públicamente su apoyo a Massa, coincidiendo un tiempo después con rumores de un acercamiento del intendente Bevilacqua del FpV al massismo.


Heinrich y Loyola son un símbolo de los verdaderos objetivos de la dictadura: terminar con la "guerrilla fábril", según la definiera el jefe radical Ricardo Balbín. Años más tarde, el régimen democrático se encargaría de garantizar, mediante maniobras judiciales, leyes e indultos, la impunidad de los Massot que se prolonga hasta la fecha.