Libertades democráticas
13/2/2024
Villa Regina: criminalizan la protesta social
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Foto: Corresponsal
El viernes 9, en la Ciudad Judicial de Villa Regina, fueron notificados tres trabajadores estatales, luego de ser denunciados por una docena de funcionarios de distintos tipos por presuntas agresiones contra ellos en el inicio de las sesiones del Concejo Deliberante, donde el intendente Luis Albrieu dio su discurso de apertura. La misma contó con la presencia de los abogados de ATE, los trabajadores y más de 50 policías llegados de distintas localidades.
Además, como parte del ataque a las organizaciones obreras en lucha, la concejal del PRO María Eugenia Paillapi realizó una presentación judicial declarando que sufrió de parte del Polo Obrero y la CCC (parte de la Multisectorial) ATE, e inspectores agresiones de todo tipo, por lo que le solicita haga lugar a “prohibiciones de acercamiento a los ámbitos institucionales donde se desempeñan como funcionarios”, incluso “en la vía pública”. Se espera que la justicia se expida también esta semana, demostrando que cuando se trata de criminalizar la protesta social y trabajadores actúa, mas cuando se trata de investigar las redes narcos y la corrupción en el Estado deja correr. En ambos casos se conocerían definiciones judiciales esta semana.
La sesión
A la sesión de apertura llegaron agrupados unos 20 despedidos, en su mayoría madres de familia, sustento en su hogar, embarazadas, con graves enfermedades de salud y hoy sin cobertura de salud. Minutos antes, trabajadoras organizadas habían dejado plasmado en un video su objetivo, que no es, como la dirigencia política reaccionaria y muchos medios de difusión quieren mostrar y generalizar, “la violencia”.
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Acompañadas por la dirección de ATE, y la Multisectorial de la localidad, que reclamaba también contra la Ley Ómnibus en la Plaza de Los Próceres y que se acercó en apoyo, exigieron ser atendidos. La Multisectorial tocaba sus bombos y se apostaba en el estacionamiento mientras las trabajadoras interpelaban a funcionarios antes del inicio de la sesión, acompañadas por miembros de la propia Multisectorial como el Polo Obrero, bancarios, el Partido Obrero y Unter Villa Regina. Fue allí que el presidente del Concejo Deliberante, claramente exaltado, dijo: “Se van de acá”, cual patrón de estancia.
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Sin embargo, los funcionarios decidieron hacer una sesión “privada” en una institución que se presume pública. Junto a funcionarios provinciales definieron iniciarla a puertas cerradas, y con un gran despliegue policial que los protegía, dentro y fuera del recinto. De la violencia de los despidos, de la precarización, del amedrentamiento policial con armas largas -parece- no se habla.
Al finalizar la sesión, los funcionarios que salieron libremente tuvieron cruces con muchos de los trabajadores estatales, y luego se dirigieron en fila a criminalizarlos. La justicia, por supuesto, procedió con celeridad defendiendo funcionarios que negrean a trabajores, atacando a quienes se organizan y luchan por sus derechos.
Abajo el “Estado de excepción”
Tomadas de conjunto las denuncias y la campaña montada alrededor, estamos frente a un ataque en regla contra la organización de los trabajadores, en sus distintas esferas. Regina es todo un laboratorio de las medidas propuestas por el nuevo gobierno de Javier Milei: despidos, precarización, ajuste, tarifazos, criminalización, y el propio intento de imponer “un estado de excepción”, creando en la movilización popular el enemigo público número úno.
Las denuncias son contra las formas de luchar y organizarse, estigmatizantes y discriminatorias, intentando colar en la opinión pública “la teoría de los dos demonios” y que “somos violentos”. Esa campaña, que tenemos que repudiar de plano, en realidad intenta esconder el porqué de esa organización y esa lucha.
En Regina priman la precarización en las chacras y los empaques, con salarios de pobreza, y dentro del propio Estado municipal, y se generaron cierres de fuentes de trabajo como con la Reginense, Fruticultores Integrados y los ocurridos ahora en el propio Estado. Tenemos que sumar la falta de viviendas, la contaminación con basureros y cloacas desbordando las calles, y la mala prestación de servicios públicos y bádicos. Se entiende entonces que haya organizaciones obreras y de vecinos resisitiendo este brutal ataque.
El Polo Obrero, por si acaso, que está en primera línea gobierno tras gobierno combatiendo el hambre en merenderos y comedores populares, mientras lucha en las calles por trabajo genuino y contra los despidos, enfrentó durante todos los gobiernos las políticas ajustadoras y nunca fue responsable de actos vandálicos y violentos como se le intenta imputar. Lo suyo es la organización y la lucha por todos los reclamos populares, y por eso nos atacan.
Las denuncias, de todos modos, van mas allá, y golpean de lleno y por elevación a todas las organizaciones de trabajadores. Es otro intento por encorsetar los reclamos de docentes, Autoconvocados de la Cultura, movimientos feministas, etc, presentes en la sesión, y a quienes en un futuro definan hacerlo, y eso sí que no podemos permitirlo. El enemigo público es Milei, su equipo y quienes se suben a su plan antiobrero y antipopular fondomonetarista. Ver violentos donde hay organización obrera es una posición reaccionaria y patronal.
Abajo las causas
Desde el Partido Obrero desmentimos rotundamente este ataque a nuestras organizaciones. Quienes generan una violencia de tipo física desde el Estado son los gobiernos, si no vease la represión a jubilados en Buenos Aires, con detenidos, heridos, criminalizados, incluso de prensa. Esa violencia también puede ser simbólica, es decir a partir de mecanismos sutiles y muchas veces escondidos. ¿No es violencia desproteger a las infancias de lo mínimo para poder desarrollarse despidiendo a una madre, único sustento del hogar? ¿No es violencia el despido? O ¿el hambre y la desocupación que se genera?
Llamamos a redoblar la campaña de apoyo a los trabajadores y las organizaciones sociales. Quienes viven desde hace décadas del Estado, conservando cuantiosos privilegios intentan acallarnos en un cuadro de brutales ataques a las condiciones de vida de las mayorías laboriosas y populares. La lucha contra Milei es también por que caigan las causas iniciadas.
Llamamos a todas las organizaciones de trabajadores a pronunciarse en contra de este ataque contra el derecho a la protesta social. Organizarse y luchar no es delito.