Libros

27/5/2023

“El socialismo no sólo es posible, sino que es la única salida a la barbarie a la que nos conduce el capitalismo”

Romina Del Plá en la presentación del libro de Germán Pinazo sobre el Che Guevara.

Foto: corresponsal.

El lunes 22 de mayo se presentó en el microcine de la Universidad de General Sarmiento el libro de Germán Pinazo, vicerrector de la UNGS, titulado: “Ernesto Guevara: el pragmatismo de lo imposible”. Al panel que acompañó la presentación participaron, además del autor, el historiador y docente de la UBA Daniel Campione, y nuestra compañera del Partido Obrero, también profesora de historia y docente de esa carrera en la UBA, Romina Del Plá.

Una concurrencia nutrida, de la que formaron parte varios compañeros de la agrupación de la UJS en la UNGS, El Yunque, asistió a la presentación. Pinazo detalló las circunstancias en las que sintió la necesidad de profundizar en el pensamiento del Che: “Varias desilusiones y decepciones ante ciertos hechos políticos, en el contexto de la pandemia, me llevaron a intentar buscar respuestas a ciertos interrogantes. Y ahí se me aparecía el Che y la inquietud por sus ideas y su acción. Me parece que estudiar al Che es imprescindible a la hora de abrir el camino a un nuevo ‘proyecto civilizatorio alternativo’”.

En su intervención, Campione rescató por su parte el “humanismo revolucionario del Che, que ponía como objetivo principal de su lucha la superación de la alienación, por encima de los objetivos económicos”. Recordó las críticas del Che a la ineficacia de muchos productos fabricados en Cuba, que daban cuenta del proceso de burocratización que se iba apoderando de la economía y la sociedad: “Yo recuerdo, cuando fui a estudiar unos meses a la URSS a principios de los ‘90, que las ollas eran excesivamente gruesas, porque los directores de las fábricas debían cumplir con el Plan, y usar determinada cantidad de hierro, sin que importara en lo más mínimo la calidad final del producto. Esas cosas me hacían pensar mucho en las críticas del Che.” Retomando el concepto usado por Pinazo, Campione cerró coincidiendo en la necesidad de tomar al pensamiento del Che como “una de las bases principales de ese ‘proyecto alternativo’ que se vuelve indispensable ante la destrucción capitalista del planeta”.

A Romina le tocó cerrar las intervenciones, rescatando el intento de Pinazo de presentar un Che práctico, alejado del modo “quijotesco” al que se suele asociar su intervención política, aunque a la vez señaló que “me hace ruido lo de ‘imposible’: el Che luchaba por el socialismo, y el socialismo no sólo es posible sino que es además la única salida a la barbarie a la que, como decía recién Daniel, y como ya habían advertido Lenin, Trotsky, Rosa y también el Che, nos está arrastrando la supervivencia del capitalismo”.

Del Plá se refirió a los puntos de contacto entre el pensamiento del Che y de Trotsky, destacando su coincidencia de fondo en la idea de la incapacidad de las burguesías nacionales de enfrentar y derrotar al imperialismo y en la de la dimensión internacional de la revolución socialista, conceptos que están en la raiz de la idea de la permanencia del proceso revolucionario. Al respecto, remitió a los presentes a la famosa cita del Discurso a la Tricontinental: “las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”.

Del Plá se refirió también a los elementos comunes que existen entre las ideas defendidas por Evgueny Preobrazhensky, principal economista de la Oposición de Izquierda encabezada por León Trotsky, acerca de la organización de la economía soviética, opuestas a las posiciones de Bujarin y Stalin; y el llamado sistema presupuestario propuesto por el Che para organizar la economía cubana, en oposición al sistema de “Cálculo económico” que regía en la URSS y que promovían enla isla caribeña franjas de la dirección del PCC y la burocracia rusa. Por último, destacó el común pronóstico de ambos revolucionarios respecto a la inevitabilidad de la restauración capitalista, único destino al que la burocracia podía finalmente guiar al llamado “campo socialista”.

Desde el público, varios de los presentes realizaron preguntas que dieron pie a las palabras finales del autor y de los expositores invitados. Uno de los asistentes reflexionó: “me parece que los verdaderos ‘pragmáticos de lo imposible’ no son el Che y los socialistas, sino los que apuestan a construir burguesías nacionales antiimperialistas en la época de los monopolios”. Y remató: “Así estamos”.