Con un Ollazo, las mujeres piqueteras le contestaron a Cristina

Cientos de trabajadoras desocupadas se manifiestan en el Obelisco contra la orientación de la vicepresidenta.

Ollazo en el Obelisco.

Las mujeres trabajadoras organizadas en el Frente de Lucha Piquetero protagonizaron un Ollazo en el Obelisco porteño, en respuesta a los dichos de la vicepresidenta Cristina Fernández contra la organización independiente de las mujeres piqueteras y la importante labor que realizan en los comedores populares de todo el país.

Cristina, en una reciente actividad de la CTA de los Trabajadores, se valió de un discurso demagógico y difamatorio respecto a las trabajadoras desocupadas para reclamar el pase de los planes sociales al control de los intendentes y gobernadores: justamente quienes más precarizan y explotan a las mujeres trabajadoras.

Gabriela de la Rosa, en un comunicado público del Polo Obrero, manifestó que  “la vicepresidenta millonaria del gobierno ajustador no va a decirnos a las mujeres piqueteras como organizarnos. Venimos luchando contra los punteros en los barrios desde la época en que Cristina y Néstor apoyaban al gobierno de Duhalde y sus punteros. Su orientación con los programas sociales es la misma que la de Macri-Bullrich y Milei-Marra, es decir contra las organizaciones de lucha que venimos enfrentando el pacto con el FMI”.

El planteo de la vicepresidenta no es empático con el movimiento de desocupadas, sino que sirve al propósito de regimentar y precarizar, aún más, una actividad que ya se realiza con un sinfín de dificultades. Incluso desmantelarla.

El Estado nacional, las provincias y los municipios no aportan casi nada al funcionamiento de los comedores populares, solo algunos alimentos secos, de bajo contenido nutricional, que se entregan de forma descontinuada. No abonan el salario de las trabajadoras, ni los alquileres de los locales, ni los alimentos frescos, o los gastos en servicios, etc.

Si el Estado se propusiera “colaborar” con esta tarea debería partir por garantizar los elementos básicos para su desarrollo, y no cuestionar la autoorganización de las mujeres desocupadas. Además, los comedores populares existen y se extienden por una responsabilidad ineludible del Estado: el ajuste que crea más desocupados y pobres.

Cristina plantea someter a las mujeres trabajadoras al arbitrio de los intendentes y gobernadores ajustadores y sus punteros, no como un recurso para su “emancipación”, sino como un medio para su ultraexplotación y precarización, y para su regimentación.

Las mujeres piqueteras reclaman por la asistencia inmediata a todos los comedores populares, con alimentos frescos y secos, de calidad, salarios y la cobertura de los gastos; sin embargo, se trata de un planteo de emergencia, el movimiento piquetero reclama por trabajo genuino y un seguro universal al desocupado que cubra la canasta básica para que ninguna familia obrera deba depender de un comedor popular para alimentarse.

 

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