Movimiento piquetero
15/11/2002|729
Convoquemos la tercera asamblea
La necesidad de una intervención independiente de los trabajadores en la crisis política y económica planteada es más imperiosa cada hora que pasa.
Por ello dirigimos estas líneas a las organizaciones que integramos la última Asamblea Piquetera Nacional y a todas las organizaciones de lucha, con el objeto de convocar ya, sin demora, el tercer Congreso de Trabajadores Ocupados y Desocupados que resolvimos el 4 de septiembre. Al mismo tiempo, acelerar la realización de todas las asambleas posibles en el interior del país.
Movidos por esa necesidad de intervención hemos impulsado en la Mesa de Coordinación Nacional una acampada de 48 horas en Plaza de Mayo, a realizarse en estos días, con las consignas acordadas: Fuera De la Rúa-Cavallo, no pago de la deuda externa, derogación del “déficit cero”, defensa incondicional de todas las conquistas y libertad y desprocesamiento a los compañeros.
En su lugar hemos acordado piquetazos para el 14 y 19 de noviembre, y participaremos en ellos con todo.
Pero queremos poner de relieve el carácter excepcional del momento político, en el que los trabajadores somos víctimas de inmensos golpes que no tendrán reversión ni salida si no acabamos con el gobierno como resultado de la movilización popular.
Se suceden luchas parciales de compañeros despedidos de los planes de empleo, y la Bullrich anunció su eliminación lisa y llana con la implementación del nuevo salario familiar. Los docentes y estatales bonaerenses están parados por falta de pago y esto se reproduce en decenas de comunas, algunas de gran magnitud como Córdoba. Miles de trabajadores industriales sucumben desconcertados ante la quiebra industrial. Se pataconiza el país.
Es que no hay una reivindicación, no hay cien, hay miles que no encuentran salida en la lucha parcial o local. Y los más brutales zarpazos no han tomado todavía estado público porque se demora adrede el tratamiento del Presupuesto del 2002; pero cabe esperar las garras del régimen títere del imperialismo sobre el incentivo docente, sobre los ya recortados recursos universitarios, sobre el Pami, sobre la Anses, sobre el Banco Nación con su secuela de ejecución de chacareros quebrados e inundados.
¿Cómo explicar que un gobierno con esta debilidad encare semejante tarea? Porque los presuntos opositores, los Duhalde, los Alfonsín, las Carrió y los Farinello, lo sostienen con el verso de que aplica la “reprogramación de la deuda” que ellos reclamaron. En la misma está la Unión Industrial, a cuyos privatizadores se le estatizan las deudas, como pidió Macri. Y las CGTs han entrado en una tregua indisimulable; se presentan como marionetas de un PJ comprometido hasta la médula con el endeudamiento, con la quiebra del Estado y las provincias, con la banca y con los privatizadores.
La llamada “reprogramación” es la cesación de pago que anticipa un plan de guerra contra las masas ocupadas y desocupadas. La “redistribución” de la riqueza no tiene ni tendrá en cuenta a nuestra clase por mucho que se la proclame. La única redistribución la puede arrancar la derrota del gobierno con el pueblo en la calle, con el soberano cese del pago de la deuda externa, con la nacionalización de la banca para que no salga un dólar, con el control de cambios y comercio exterior por los trabajadores, con la reestatización de las privatizadas y del sistema jubilatorio. No hay reactivación sin que volquemos los recursos allí obtenidos a un plan nacional de obra pública y vivienda, a un salario mínimo de 600 pesos, a la derogación de todos los convenios negreros y la reapertura de todas las fábricas cerradas en los últimos 5 años.
El Polo Obrero propone para ello que una Asamblea Constituyente asuma el poder para encarar estas tareas. Discutamos la propuesta, pero luchemos en conjunto para que se vayan ya. Convoquemos ya el tercer Congreso Nacional para que una vez más salgamos a romper toda tregua y seamos la referencia política nacional que todo el pueblo en lucha nos reclama.
Por la Mesa Nacional del Polo Obrero.
Edgardo Quiroga – Néstor Pitrola – José Villalba – Mónica Galván
Polo Obrero
(9/11/01)