Movimiento piquetero
16/7/2024
BUENOS AIRES
Crónicas de la jornada contra el hambre y la persecución política en el comedor “Mariano Ferreyra” de José C. Paz
Sigamos desarrollando las ollas populares y asambleas en los barrios para organizarnos por una salida de lxs trabajadorxs a la crisis.
Seguir
La actividad.
Es sábado 13 de julio, a las 9:30am, los rayos del sol se baten a duelo con las nubes que por momentos, al taparlo, recrudecen el frío polar que azota el país y se sufre en los barrios más empobrecidos del conurbano. Lxs primerxs compañerxs se van encontrando en la estación de José C. Paz y se disponen a subir al colectivo de la línea 749, que, como se recordará en un mensaje, “pasa cada un millón de años y tenemos media hora hasta el Comedor”. Otrxs se acercan en auto. Estamos yendo a una jornada contra el hambre y la persecución política al Polo Obrero y las organizaciones populares y piqueteras en el Comedor y Escuela Popular “Mariano Ferreyra” (ubicado en el barrio Néstor Kirchner, al fondo del distrito, justo donde termina el recorrido el colectivo).
Una vez allí, nos encontramos con Sandra (dirigente histórica del Polo Obrero en José C. Paz) y las compañeras (Ester, Paola y Fabiana), que de sábado a sábado se ponen al hombro la organización de la olla popular. Con gran entusiasmo recibieron a lxs más de 20 compañerxs que se acercaron a colaborar en el armado de la misma. Mientras unxs armaban el gazebo y las mesas, traían los utensilios y prendían fuego para poder cocinar, otrxs se animaron a recorrer el barrio, casa por casa, anunciando la actividad. La actividad no solo incluyó el armado del almuerzo sino también el armado de actividades didácticas y lúdicas para lxs niñxs (quienes componen el sector de mayor afluencia a las ollas), a cargo de lxs docentes que participaron de la jornada y prepararon todo para la ocasión.
Pinturas, témperas, pinceles, fibras, lápices de colores, hojas, entre otras cosas, se fueron volcando sobre las mesas. Así, lxs compañerxs fueron recibiendo a las niñeces que se iban acercando para poder tener un rato de distensión mientras esperaban poder llevar su táper de comida, su botella con jugo y un tapercito con durazno al almíbar que se corta en trozos para que rinda más y les pueda alcanzar a todas las personas del barrio que se acercan a la olla. Un parlante con música hacía las veces de altavoz para seguir convocando a más vecinxs. Los perros también se fueron acercando y contagiando con su alegre andar a niñxs y adultxs; en fin, a todxs lxs presentes.
Se hicieron las 12. El calor del sol (que parece ganar por el momento la batalla), de las brasas y de los mates, animaron a algunxs a sacarse los abrigos. Se acercan lxs primerxs vecinxs, algunxs tímidos. Con las voces temerosas se lanzan las primeras palabras: “¿en cuánto más o menos está?”, preguntan mientras van extendiendo la mano con el táper vacío. “Y venite en media hora”, responden lxs compañerxs recibiéndolo. “¿Cuál es el menú del día?” consulta otro con una sonrisa cómplice; “guiso de arroz maestro” le replican.
Cada vecinx que se acerca, cada vecinx que abrió las puertas de su casa (o las ventanas), pudo escuchar el por qué de esta actividad. En primer lugar, el hambre golpea a los sectores más empobrecidos. Cabe destacar que José C. Paz se encuentra entre los cinco distritos más pobres del conurbano, con una pobreza de entre el 50 al 55% y niveles de indigencia que rozan los dos dígitos (9 al 13%). Mientras, el gobierno municipal de Ishii recortó la asistencia alimentaria a comedores y merenderos populares, en sintonía con Pettovello y Milei y su ministerio de Capital inhumano.
Por otro lado, el Polo Obrero y el Partido Obrero (en particular) y el movimiento popular en su conjunto son víctimas de un furioso ataque persecutorio y represivo por parte del gobierno de Milei. ¿Por qué los ataca? Varias razones: por ser los que el 20 de diciembre del año pasado rompieron el cerco represivo del protocolo antipiquete de Bullrich, por impulsar las luchas contra la política antiobrera del gobierno de Milei. Es así que con “lo poco que hay, con lo que donan otrxs laburantxs” (como sostuviera Daiana Cabrera, docente y militante del Partido Obrero del distrito) se organiza el Polo Obrero en cada barrio. Es así cómo se sostienen los comedores y merenderos populares. No solo en José C. Paz, en todo el país.
De a poco se van haciendo las 15 hs. Los últimos tápers son entregados a lxs vecinxs que muy amablemente agradecen el plato de comida. Se comienza a guardar todo. Una leve brisa comienza a levantarse, y con ella, a lo lejos, una especie de tornado de bolsas de supermercado entre otros envoltorios plásticos del basural que se divisa, lo cual hace presente el reclamo por el cierre de todos ellos.
Estas ollas populares deben servir como puntal de organización en los barrios para luchar por cada reclamo. Esto, partiendo desde lo más elemental, que es la entrega de alimentos, hasta obras de infraestructura, limpieza de basurales y espacios verdes, plan de vivienda populares, etc. Solo la movilización independiente de lxs trabajadores puede arrebatarle al municipio, al gobierno provincial de Kicillof y a Milei cada reivindicación.
Es vital, en este sentido, volcar toda la fuerza, la energía y la solidaridad de la juventud al servicio de seguir organizando las barriadas contra el hambre, la pobreza y la persecución política, es decir, contra el plan de guerra de Milei contra lxs trabajadorxs y sus organizaciones. En este punto, es así como nos proponemos desarrollar estas actividades en el marco de la pelea por preparar la huelga general (en el horizonte) como una acción organizada e histórica de la clase trabajadora para derrotar los planes del gobierno.
Son las 15:30hs. Nos vamos despidiendo. Lxs últimos compañerxs van subiendo al 749 que los devolverá al punto de encuentro, esperando ansiosos el próximo, con el ánimo de contagiar la lucha y con el sueño de organizar desde los barrios la revolución.