CTD Cipolletti: Un gran paso adelante

La Coordinadora de Trabajadores Desocupados de Cipolletti coronó nueve días de lucha frente al municipio, con la obtención de cien planes Trabajar, un subsidio de 5000 pesos para la cancelación de deudas en servicios de luz y gas, y 100 bolsas de alimentos para las familias que hasta marzo no reciban un plan.


Una lucha frontal con el gobierno aliancista del gobernador Verani y el intendente Arriaga, quienes mediante intimidaciones y jugando al desgaste de los desocupados pretendían ahogar el conflicto. Sólo la movilización de los desocupados de la ciudad de Allen en dos ocasiones hicieron de la solidaridad un hecho; la multisectorial sólo se limitó a dejar su bandera.


Si bien los cien planes son en forma escalonada, 30 en enero, 20 en febrero y 50 en marzo, la comisión negociadora dejó en claro que permanecería en las calles por el compromiso de la provincia de 100 planes; se rechazó el Consejo Social como afín a la política del gobierno, y se reafirmó a la CTD como única organización propia de los desocupados con criterios claros en la distribución de dichos planes.


La organización y experiencia de la CTD permitió no caer en provocaciones gobierno, y mientras éste desprestigiaba por los medios de comunicación el reclamo de los desocupados, éstos salieron decididamente a pelear cuerpo a cuerpo el apoyo de los vecinos. Volanteadas, bocinadas y movilizaciones diarias llamaban a defender el reclamo de los desocupados como los reclamos de todos los cipoleños.


Al ver que el reclamo de los desocupados despertaba gran simpatía en la población, el Municipio y el Concejo Deliberante intentaron desviar el reclamo de la CTD conformando el Consejo Social, compuesto por la Iglesia y otras instituciones “no gubernamentales”. Esto fue denunciado por los desocupados, quienes recorriendo los medios de prensa con volantes y hasta movilizándose al lugar donde sesionó el Consejo, denunciaron a los funcionarios de las “instituciones”, que no eran otros que familiares y socios de concejales de la comuna, nuevos garantes de los favores políticos. La Iglesia, que se vio expuesta en esta maniobra del gobierno, decidió “no participar hasta que no se resolviera el conflicto con la CTD”; sin embargo, llamó a los desocupados a participar del Consejo para “escuchar todas las voces”.


La experiencia adquirida en esta lucha debe servirnos para fortalecer nuestra organización; para esto, empadronar a todos los desocupados e impulsar una asamblea en la región son los próximos pasos que potenciarán nuestra lucha, y la participación en la próxima Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados nos permitirá dar una lucha en común hasta echar a los gobiernos de hambre y miseria.