El intendente de Chilecito, Rodrigo Brizuela y Doria, dice que los trabajadores no quieren trabajar “por culpa de los planes sociales”. Es la misma postura que se repite en Mendoza y San Juan por estos días, los terratenientes pretenden que los trabajadores rurales trabajen por menos de lo que necesitan para comer sus familias, para que ellos puedan incrementar sus márgenes de ganancias.

Veamos los números que da el intendente en los medios locales: según él unos 3 mil trabajadores golondrinas se llevan 120 millones de pesos de la provincia en cuatro meses, si dividimos 120 millones entre los 3 mil trabajadores en los 4 meses que dura la cosecha nos da que cada trabajador cobraría $10.000 poco más de la mitad del mínimo vital y móvil por mes cuando la línea de la pobreza se encuentra en los $40.000, ¿dónde está la oportunidad digna de trabajo a nuestra gente? Acaso los señores funcionarios viven con 10 mil pesos por mes? Un trabajador que debe hacer jornada completa, y no le queda tiempo para hacer ni una changuita más, no puede darle de comer a su familia, ¡es imposible que un trabajador trabaje sol a sol por esa suma! 

Culpar a los desocupados muestra lo pérfido del planteo, culpa a las víctimas, ninguna de las familias desocupadas quiere estar desempleadas, ninguna familia quiere vivir de la asistencia social. La lucha que plantea el Polo Obrero es por trabajo genuino, con salarios de convenio y por un seguro al parado que evite este tipo de abuso de los grandes empresarios y los gobiernos capitalistas. Es por este motivo que repudiamos los dichos de intendente Rodrigo Brizuela y Doria y llamamos a los trabajadores de las cosechas a dar una lucha en común por el aumento de salario de los trabajadores rurales, por la exigencia a los gobiernos nacional provincial y municipal de un seguro al parado que salga del cobro a los terratenientes que ganan fortunas con la Vid y los olivares y el resguardo de los programas sociales de los compañeros que trabajen en las cosechas.