El jueves 8 de febrero, más de 25.000 compañeros y compañeras del movimiento piquetero, del Frente de Lucha y la Unidad Piquetera llenamos nueve cuadras de la avenida Mitre en Avellaneda en reclamo de las restitución de los alimentos para los comedores comunitarios.

En una semana en la que hubo acciones de distinto tipo, de la Utep con una larga fila reclamando la atención que la ministra Pettovello prometió hacer en forma individual, las acciones de la Coordinadora por el Cambio Social y el ollazo de Libres del Sur y el MAR, la Unidad Piquetera cerró la semana en la que logramos instalar la denuncia de la barbarie del gobierno de Milei que cerró 45.000 comedores populares, dejando a más de 4 millones y medio de personas sin comida.

La jornada comenzó temprano en Avellaneda, la concentración en Plaza Alsina desbordó todas las previsiones, mostrando una recomposición de fuerzas del movimiento más atacado por el gobierno.

La movilización partió en dirección del histórico Puente Pueyrredón, donde un fuerte dispositivo de la Federal y la Prefectura avanzó sobre Mitre y ocupó el territorio de la provincia, sin que ni el gobernador Kicillof ni ninguna autoridad osara discutir o hacerse presente, en lo que es claramente una violación de la soberanía de la provincia de Buenos Aires, nuevamente la ministra Bullrich le pasa por encima a la autonomía de las distintas provincias sin que las autoridades correspondientes levanten siquiera una protesta.

De todas formas, el enorme dispositivo represivo no logró impedir que las calles fueran ocupadas por los miles de manifestantes que aguantamos a pie firme, aún bajo un aguacero torrencial.

Una nueva derrota de la ministra represora -que esta vez se quedó con las ganas y por estas horas es llevada a Tribunales para que dé explicaciones sobre la barbarie represiva en el Congreso-, el protocolo volvió a fracasar, como el 20 y el 27 de diciembre y el 24 de enero.

La enorme movilización por la calle y las nueve cuadras de la avenida Mitre fueron lo suficientemente imponentes para que ningún efectivo policial ni de la Prefectura avanzara un paso sobre las columnas organizadas por el Frente de Lucha y la Unidad Piquetera.

A poco de terminar la jornada, una tormenta impresionante parecía querer barrer con la movilización, sin embargo, no se movió nadie a pesar de una lluvia que llegó a estar por las rodillas de los manifestantes al grito de “esta lluvia de mierda no quiere parar, es Milei que no para de llorar” los piqueteros no se movieron un milímetro y luego realizamos un acto con la intervención de varios compañeros, refiriéndose todos a la necesidad de unir a todas las organizaciones, más que nunca, para restituir la comida a los comedores comunitarios, impulsando acciones decididas de las organizaciones sociales piqueteras que estén dispuestas a luchar para derrotar la política de hambre y miseria del gobierno de Milei-Pettovello.

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