Gran triunfo piquetero

621 planes arrancados en medio de la mayor crisis del gobierno De la Sota

El jueves 31, más de 500 desocupados, nucleados en el Polo Obrero y la Unión de Desocupados de Villa El Libertador, cortaron la ruta a Alta Gracia a la altura del CPC de la Villa. La decisión tomada en el cuerpo de delegados y en las asambleas barriales fue muy contundente: permanecer en la ruta hasta que el gobierno entregara planes de trabajo a una primera lista de 600 compañeros y a cuenta de los 3.500 solicitados en anteriores movilizaciones. La pulseada era dura, ya que De la Sota quería guardar esos puestos para los punteros y para las empresas privadas a través del llamado plan de Nuevo Empleo. Teníamos a favor, además de nuestra disposición de lucha, que los desocupados de Cruz del Eje habían obtenido 320 planes. Después de 6 horas, el corte se levantó cuando se leyó un acta firmada en la Casa de Gobierno donde el gobierno se compromete a efectivizar los 621 planes a partir del 11 de febrero, previa verificación en una comisión conjunta de que los beneficiarios cumplan los requisitos; en caso de no hacerlo, serían reemplazados por los que el Polo entregue en su lugar. También se estableció un primer cobro para el día 25 de febrero.


Hasta no hace mucho, De la Sota se jactaba de que él no tenía problemas con los “planes” porque “no negociaba con las organizaciones de desocupados”; se los entregaba a las empresas directamente, lo cual produjo mayores despidos y desocupación. En la movilización que el Polo Obrero hizo a la Casa de Gobierno el 3 de enero dijimos que rechazábamos el llamado Nuevo Empleo, ya que no queríamos los planes entregados a las empresas, que sólo servían para echar trabajadores. Eso fue lo que conseguimos. Por eso esta es una victoria de gran alcance.


 


Jueves negro para el Gallego


Un día antes, De la Sota debió anular la licitación del Banco Provincia, que primero había sido adjudicado a los lavadores de dinero del Banco General de Negocios. La foto del prófugo Rohm entrando a la Casa de Tejas terminó de hundir la frustrada privatización.


Pero el jueves De la Sota debió darle el golpe de gracia a su socio, la otra pata de la alianza gobernante, Germán Kammerath, el intendente de la ciudad de Córdoba, a quien dejó sin ningún representante en el gabinete. La disculpa pública del gobernador por la situación catastrófica de la ciudad no lo lava de culpas. En realidad, De la Sota ha entrado en pánico, porque la situación del municipio y del gobierno municipal no es diferente a la de la provincia. Debió declarar el default de la deuda financiera (aunque a la espera de una ley nacional que lo ampare de la apropiación por parte de los bancos de la coparticipación), la industria automotriz y metalmecánica está to-tal-men-te paralizada. La cámara empresarial se sumó a los “cacerolazos” depositando las máquinas en desuso en las puertas de los bancos.


 


Piquetes y cacerolas unidos


El derrumbe del gobierno municipal y su correlato en el provincial es acompañado por un crecimiento de la movilización y organización popular y de los cacerolazos. Las asambleas ya cubren varios barrios, sobre todo los barrios obreros, en la mayoría de los cuales las organizaciones de desocupados juegan un papel relevante. El programa levantado es el de la nacionalización de la banca, el no pago de la deuda, que se vayan todos.


La asamblea de 400 personas del viernes 1º en el Cerro de las Rosas, después del cacerolazo semanal, reafirmó los reclamos de la renuncia de la Corte y de la confiscación de los bancos, y resolvió “unirse ‘simbólicamente’ a los piqueteros en función de que éstos ‘piden trabajo’ y quienes manifiestan en el Cerro de las Rosas, mayoritariamente pequeños y medianos comerciantes, ‘no se los pueden dar porque les robaron el capital’” (La Voz del Interior , 2/2). La unidad de las cacerolas y los piquetes alcanza a todos los sectores que sufren la confiscación de los bancos y el gran capital.


 


El 9, con todo, a la Asamblea Piquetera


En este cuadro, la Asamblea Piquetera provincial, la primera que se hace en Córdoba, servirá para darle una perspectiva a la unidad entre los cacerolazos y los piqueteros. El triunfo del corte protagonizado por el Polo Obrero fortalece esta unidad entre ocupados y desocupados; las asambleas populares recogen los conflictos laborales, de los comerciantes, etc., tal como se manifestó en la masiva asamblea popular de la Villa El Libertador del viernes 1°, que cuadruplicó a la realizada un domingo antes.


El 9 a las 16 horas, en el Salón Agustín Tosco del Sindicato de Luz y Fuerza, la lucha popular dará un paso muy importante en el programa, la unidad y la coordinación.