La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, salió al cruce de los referentes oficialistas de la Utep que se manifestaron el pasado miércoles 12 bajo la consigna “Basta de ajuste: la deuda es con el pueblo”, para argumentar que “no hay Fondo Monetario Internacional que condicione” al gobierno. El ajuste es indisimulable y hasta afloran denuncias en las organizaciones del Frente de Todos.

Las organizaciones sociales de la Utep, cuyos principales dirigentes ocupan cargos en el Estado y en la cartera de Desarrollo Social que dirige la ministra, realizaron una jornada de protesta “contra los acuerdos con el FMI”, con una movilización desde Avenida de Mayo y 9 de Julio hasta el Ministerio de Economía.

Desde la Utep ahora denuncian la no entrega de alimentos a los comedores populares, la desvalorización sistemática del salario mínimo a niveles de indigencia y la política de ajuste del FMI orientada a liquidar los programas sociales. Algunas de las reivindicaciones que la Unidad Piquetera viene desenvolviendo hace tiempo contra el ajuste del gobierno, y que la Utep le ha dado la espalda sistemáticamente.

Debido al carácter de las denuncias, la ministra Tolosa Paz se vio forzada a salir a sostener el relato oficial de que no habría ajuste alguno ni condicionamiento del FMI, y de que el gobierno tiene “una curva de inversión social muy importante”.

Tolosa Paz quiso restar importancia a la jornada invitando a los sectores de la Utep a que “resuelvan sus internas políticas en las urnas”, agregando a que existe “una instalación constante por sectores adentro de la Utep sobre que el gobierno es la cara del ajuste y que sigue las recetas del Fondo”.

A pesar de que la ministra repita con insistencia que “no hay ajuste” los datos e indicadores económicos del gobierno refutan su argumentación. La pobreza creció al 39,2% de la población, afectando a más de 18 millones de personas y uno de cada dos niños que habita el país. La indigencia persiste en altos niveles, e incluso se producen episodios como la muerte de una beba sin techo a metros de la Casa Rosada.

Que la recetas de Tolosa Paz y compañía son las del FMI no lo dice la gente “por decir”, sino que lo afirma el propio organismo internacional, señalando en sus documentos e informes los objetivos y metas de ajuste acordados con el ministro Sergio Massa.

Luego de la baja anunciada de 85.000 programas Potenciar Trabajo, el FMI ahora recomienda la eliminación de otros 400 mil programas y la regimentación de los 500 mil restantes: buscan allanar el camino para una depresión generalizada de los salarios, con recortes más abruptos en el gasto social.

Tolosa Paz también reservó un cuestionamiento especial para los dirigentes del Movimiento Evita, señalando que estos fueron parte “de quienes entendieron que al Potenciar Trabajo había que darle un ordenamiento”, a título de refrendar las medidas ajustadoras y regimentadoras del Estado.

La ministra intenta desentenderse del Fondo manifestando que la injerencia de este estaría dada por el endeudamiento obrado por el gobierno de Mauricio Macri, lo que no obsta a que este gobierno se someta al pago y a las condiciones impuestas por el mismo, aplicando un ajuste en el salario mínimo, el gasto en alimentos y herramientas, la eliminación de programas sociales y desenvolviendo una política de liberación e precios y tarifas que atenta contra los bolsillos de los trabajadores.

Por su parte, la Utep sigue sin dar muestras de una reorientación a fondo de su política, preservando cargos en el Estado y formando alianzas y coaliciones políticas para rescatar al Frente de Todos “desde adentro”.

Si existe una voluntad concreta de luchar contra el ajuste fondomonetarista no se le puede dar la espalda al plan de lucha resuelto recientemente por la Unidad Piquetera, que viene siendo blanco predilecto de los ataques de la ministra ajustadora y de los gobernadores, con judicialización y detenciones mediante.

El camino a derrotar el ajuste del FMI y el gobierno es la organización independiente de los trabajadores desocupados y precarizados, sin lugar al coqueteo y la conciliación con los funcionarios que aplican las políticas y recetas que condenan al pueblo trabajador al hambre y la miseria.

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