La Asamblea juntó a 8.000 piqueteros en Plaza de Mayo

4 al 8 de marzo: Marcha Nacional

Con la presencia de más de 1.600 delegados provenientes de las organizaciones de desocupados, del movimiento sindical y de las Asambleas Populares sesionó la Asamblea Nacional de Trabajadores convocada por 28 organizaciones, entre ellas el MIJD, el Polo Obrero, el MTR (Movimiento Teresa Rodríguez), el MTL, la CGT San Lorenzo, la CTA Santa Cruz, la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (Unter), el Sindicato Ceramista de Neuquén, la Unión Ferroviaria de Haedo y el Sindicato Obrero del Pescado (Comisión Provisoria). (*)


También participaron el Suteba de La Matanza y la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires. No estuvo presente, a pesar de haber sido invitada y de participar de las deliberaciones previas de la Mesa de convocatoria, la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón (antes se había negado a participar de la movilización a Repsol-YPF y Plaza de Mayo, impulsada prácticamente por el mismo bloque de organizaciones que llamó a la Asamblea). La corriente Barrios de Pie, de la CTA (orientada por la CPL), firmó en su momento la convocatoria, pero se desdijo cuarenta y ocho horas después sin ninguna razón conocida, aunque en los debates previos su representante planteó  la inconveniencia de denunciar con nombre y apellido a la CTA y al Frenapo por su rol en la tregua y en la “concertación” (la CTD Aníbal Verón, Barrios de Pie y el MIJD tienen, entre sí, una Mesa Permanente de Coordinación).


La sesión abierta de la Asamblea, realizada el sábado 16 en Plaza de Mayo, contó con la presencia de unos ocho mil trabajadores, lo que duplica el número de la II Asamblea Nacional Piquetera *realizada en La Matanza. La Asamblea estuvo precedida por la significativa movilización del pasado 5 de febrero y el reguero de cortes de ruta (Norte de Salta, Dock Sud y Comodoro Rivadavia, entre los más significativos) concebidos y ejecutados por el Bloque Piquetero Nacional (Polo Obrero, MTR, MTL) y el resto de fuerzas que convocaron a la Asamblea. Hay que creerle a Clarín cuando plantea que el Bloque Piquetero Nacional “reúne a las organizaciones de desocupados que con mayor énfasis protagonizaron las últimas protestas” (18/2).


La Asamblea produjo un llamamiento (ver aparte) que divide aguas respecto del gobierno títere de los banqueros, respecto de la “concertación”, de los “consejos consultivos”, y propone un plan de lucha cuyo punto más alto es una Marcha Nacional de Trabajadores desde el lunes 4 al viernes 8 de marzo, desde las localidades del interior hacia la Plaza de Mayo, por un programa político-reivindicativo que presenta al bloque que convocó la Asamblea Nacional como una referencia del campo popular y una alternativa de dirección en el seno de la clase obrera.


Una nueva Asamblea Nacional ha sido convocada para el 2 de abril. Por su representatividad, por constituir y llamar a constituir una oposición de lucha e independiente, por la decisión de actuar porque, como dice la resolución votada, “la tenaz acción del pueblo no ha culminado aún en victoria”, por todas estas razones, la Asamblea Nacional de Trabajadores es una victoria política de la clase obrera, representada por lo más avanzado que ha producido al día de hoy, el movimiento piquetero.


 


Una cuestión de método que recorrió la Asamblea


El llamamiento tiene la enorme virtud de llamar a la CCC y a la FTV a romper sus compromisos con el gobierno a espaldas de las masas y sumarse al plan de lucha, un punto cardinal para la victoria del movimiento piquetero.


El llamado a la CCC y la FTV-CTA fue aprobado masivamente al votarse el llamamiento final, pero sólo luego de una lucha política con una fracción de la Asamblea que se opuso a un llamado de esta naturaleza sosteniendo que estábamos en presencia de una burocracia traidora en el movimiento piquetero que estaba expresada por ambas corrientes y que correspondía denunciar e ignorar (el protagonista de esta posición fue la tendencia sindical de Convergencia Socialista, con el acompañamiento explícito de la UTD de Mosconi y de la Cuba *PRL* y vergonzante del Movimiento de Coordinación Obrera *PTS*, el MAS y el FOS; el MIJD abrió la Asamblea con una intervención de estas características pero luego fue variando en su posición). Lo que entró en debate fue un problema de método crucial para el movimiento piquetero a la luz de la presente situación política: ante la descomposición del régimen capitalista y la crisis de poder el movimiento piquetero tiene una única opción: o se convierte en un factor independiente de la clase obrera y las masas o muere como cómplice de los regímenes verdugos de los trabajadores. Esta encrucijada se expresa en que ni la CCC ni la FTV-CTA han obtenido nada que pueda ser exhibido ante sus propios compañeros como conquistas que justifiquen el acercamiento al gobierno devaluador.


Este problema de método atravesó la Asamblea y expresó un debate que volvería a aparecer en la votación final y expresó la confrontación de dos líneas: una, que pretende el desarrollo de un movimiento revolucionario de masas, y otra, que no ha logrado atravesar el umbral de la secta que vive del planteo ideológico y es incapaz de trazar un rumbo que asegure un paso del movimiento real. La Asamblea advirtió sobre el fracaso de la política colaboracionista de la CCC y la FTV-CTA,y las llamó a rectificarse y sumarse al movimiento que reivindica el programa y la continuidad de las dos Asambleas Piqueteras precedentes. En éste, como en otros debates, la Asamblea reveló una gran homogeneidad política, sustentada en cuatro fuerzas: el MIJD, el Polo Obrero, el MTL y el bloque encabezado por el MTR.


En las horas previas a la Asamblea, el gobierno extremó gestos dirigidos a sembrar expectativas en un trato diferencial a la FTV-CTA y a la CCC. La Asamblea comenzó a sesionar el sábado 16 y dos días antes el propio Duhalde tuvo, según los medios, una “extensa” reunión con los dirigentes de la CCC y la FTV “para cerrar un acuerdo en la distribución de los planes sociales”, donde “se delineó un nuevo borrador de convenio, que no quisieron revelar” (Crónica, 15/2). Quince días antes, según La Nación , “los líderes piqueteros Luis D´Elía y Juan Carlos Alderete definieron como un hito histórico el compromiso del presidente Eduardo Duhalde de firmar un decreto que permita que las organizaciones de desocupados integren los consejos consultivos en las provincias, para la administración de los planes sociales” (La Nación, 1/2), un tema que el gobierno habría querido subordinar a un pacto de paz social e hizo extensivo al propio MIJD y éste rechazó. El editorialista del Clarín del domingo 17 revela que “Duhalde pulseó con los líderes de los piqueteros tratando de neutralizar sin suerte la movilización de este fin de semana en Plaza de Mayo”, lo que da cuenta de la importancia que el gobierno asignaba a la Asamblea.


 


La clase obrera industrial


Edgardo Quiroga, de la CGT San Lorenzo, colocó otro de los ejes de debate de la Asamblea, al plantear que una de las claves en la evolución del movimiento de lucha era la necesidad de organizar a la clase obrera industrial y sumarla al movimiento de lucha en marcha. Esta preocupación fue luego abordada por los compañeros de Zanón y el Sindicato Ceramista de Neuquén e incluida expresamente en la resolución final, que plantea que la estrategia de los piqueteros es “la incorporación a la actual lucha de piquetes del movimiento obrero industrial y de los grandes servicios públicos privatizados”. Los golpes que se están abatiendo sobre los trabajadores (despidos anunciados en petroleros, Renault y cientos de otras fábricas, situaciones de quiebra en varias líneas de transporte) pueden ser el prólogo de una levantada del movimiento obrero que debe colocar en el primer plano la organización de la huelga con ocupación de los lugares de trabajo exigiendo que el Estado se haga cargo de la empresa en quiebra (esta política se plantea en relación a las petroleras, que han paralizado todas sus obras manteniendo parados a cientos de trabajadores), así como la imposición del tercer turno de trabajo en todas las plantas preservando el salario, un reclamo hecho por la CGT San Lorenzo y el Norte de Salta y recogido por la Asamblea. Esta situación se da en el mismo momento en que la burocracia atraviesa la situación de mayor descrédito de toda la década por su apoyo al gobierno, lo que preanuncia un conjunto de escenarios de derrumbe (en la Uocra Neuquén acaba de caer la mafia histórica del gremio por la acción de los trabajadores).


 


La votación final


El plan de lucha votado por unanimidad  tiene un punto culminante que es la Marcha Nacional de Trabajadores hacia Plaza de Mayo, desde el 4 al 8 de marzo, desde localidades del interior; una movilización que se pondrá en marcha por puestos genuinos de trabajo, planes de empleo a 500 pesos, intervención del Estado de toda fábrica que suspenda o cierre, devolución de los pequeños ahorros, nacionalización de la banca, no pago de la deuda, “expulsión de Duhalde y la clase de saqueadores que lo puso en el gobierno”, como dice la resolución final.


Un final de tarea cumplida no debe ocultar que en el fin de la Asamblea volvieron a expresarse las dos concepciones planteadas en el debate, sobre si llamar o no a la CCC y a la FTV-CTA. Un bloque que unió a organizaciones influidas por el PTS, el MAS, Convergencia Socialista y el FOS (todas las cuales, dicho sea de paso, se habían opuesto a la expulsión de un provocador del grupo que se hace llamar “Democracia Obrera”) planteó, luego de no participar del debate de acuerdo en torno a la resolución final, su decisión de presentar un “despacho en minoría”, cuando no podían esgrimir un solo argumento discrepante con el llamamiento final. La maniobra fue desbaratada fácilmente (una de las consignas, “estatización de toda fábrica que suspenda o cierre” estaba incluida en la resolución, la otra fue incorporada), pero reveló, una vez más, la oposición entre los constructores de un movimiento clasista de masas y las sectas.