MOVIMIENTO PIQUETERO

La batalla del 20 de diciembre

“El protocolo se lo meten en el c…”

Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía.

El plenario piquetero de Lezama caracterizó el triunfo de Milei como una amenaza a las reivindicaciones populares, tanto al derecho al trabajo como a la asistencia social ante los gravísimos problemas que había generado el ajuste del gobierno de Cristina, Alberto y Massa, sino también como una amenaza a las libertades democráticas. En un plenario, convocado tan solo tres días después de las elecciones, donde se ausentaron varias de las organizaciones de la Unidad Piquetera, como el MST Teresa Vive, Libres del Sur e inclusive la Coordinadora por el Cambio Social, que tan solo se acercaron a dar un saludo, un puñado de organizaciones lanzamos la convocatoria a un 20 de diciembre contra el plan motosierra de Milei.

Desde allí partió la convocatoria e impulsamos una movilización que desde el principio fue atacada por el gobierno de Milei. Las amenazas y el ataque directo a las organizaciones fueron el camino elegido por el gobierno frente a la convocatoria que conmemoraba 22 años del Argentinazo, pero que también ponía de relieve la ofensiva antiobrera de Milei durante sus primeros días de gobierno. Una semana después votaba convocar con un documento muy importante el Plenario del Sindicalismo Combativo.

Previo al 20 de diciembre, un conjunto de organizaciones políticas decidió adherir a la convocatoria, aunque intentaron desplazar al movimiento piquetero de la cabecera de esa movilización. Este debate atravesó a la izquierda, a dirigentes de algunos sindicatos y a otras organizaciones políticas que planteaban que esta era una movilización de tipo democrática y que no correspondía que el movimiento piquetero, que había convocado originalmente, fuera el que la encabezara.

Está claro que muchas de las organizaciones que concurrieron finalmente al 20 de diciembre consideran al movimiento piquetero como un elemento menor de la lucha de clases, aunque ha sido y sigue siendo la vanguardia de la lucha contra los gobiernos ajustadores, mientras otros sectores se restringen a una intervención electoralista. El movimiento piquetero, sin dejar de intervenir en el proceso electoral, siguió luchando contra el ajuste que avanzaba brutalmente contra los trabajadores.

La convergencia en un frente único de diferentes sectores y, fundamentalmente, con el movimiento obrero combativo es central para esta lucha, como lo mostró la convocatoria del 20 con importantes columnas del Sutna, la AGD, Ademys y otras organizaciones sindicales. Pero no reemplaza a la lucha piquetera por ganar la calle y defender sus reivindicaciones.

El propio 20 de diciembre se libró una batalla contra el intento represivo y los trabajadores conquistamos la Plaza de Mayo, marchando por la Diagonal Sur y la Diagonal Norte. La movilización, además, se desplegó en 20 provincias, hubo enormes convocatorias en Córdoba, Rosario, Neuquén y Mendoza. Claramente, el movimiento piquetero lideró todo ese proceso y se colocó al frente de la lucha por sus reivindicaciones y por las libertades democráticas. La batalla del 20 marcó el comienzo de la lucha, de la resistencia y de la pelea contra Milei, antes que la propia CGT siquiera tenga pensada una movilización.

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