La situación en los barrios en medio del coronavirus

Marian Lili Rojas y Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, en Canal 9

El martes 24 de marzo, Marian Lili Rojas, delegada del Polo Obrero, estuvo en el programa de Canal 9, “Nada Personal”, conducido por la periodista Viviana Canosa. El testimonio de Lili fue contundente. La compañera del Polo Obrero, a cargo de uno de los comedores de La Matanza, relató la situación de hambre y desatención estatal que se vive en los barrios más pobres y la lucha que impulsan las compañeras y los compañeros del Polo Obrero y las organizaciones sociales con las que pelean día a día por la salud y las condiciones de vida de la población trabajadora más precarizada y desocupada. 


“Es muy duro escuchar a los profesionales y a los políticos que hablan de qué hay que hacer cuando no tenemos ni siquiera lavandina en los comedores -resumió Lili-. Antes de coronavirus existía el dengue. Tenemos tres comedores cerca del Ceamse. Nosotros siempre reclamamos en salud. Pero nunca se invirtió, como no se invierte en educación ni en vivienda” -explicó y lo graficó sencillamente con su caso-: “No tenemos casa, yo vivo en una villa, Santa Clara, en Isidro Casanova. Escuchamos que dicen que haya una persona en cada pieza, yo tengo siete pibes y vivimos en dos piezas”.



Lili denunció que desde el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense les piden que vayan a buscar garrafas, cuando los compañeros del comedor no tienen vehículo, y reclamó porque no tienen qué cocinar para las más de cuatro mil personas que comen en los 35 comedores: “Esperamos que llegue la ayuda alimentaria que, cuando llega para 35 comedores, para 4.000 personas, son solo 3.000 kilos. Los pibes se van a la cama sin comer. La única comida es la que le da el comedor, que no es milanesa ni asado, es un guiso. Si nos dan los alimentos, vamos a ir a cocinar para los pibes”.


Eduardo “Chiquito” Belliboni, dirigente del Polo Obrero, agregó al relato de Lili la situación de persecución policial que se vive en los barrios pobres: “La forma en la que está el Estado en los barrios es a través de una policía que verduguea a los pibes. No van a los barrios a hacer operativos por el coronavirus sino a una contención represiva, porque le tienen miedo a que la situación estalle, porque la gente no tiene para comer”.


“En Argentina hay 4.400 barrios populares. El 93% no tiene agua potable”. 


“Las patronales no actúan ´solidariamente´, obligan a los trabajadores a dictar el paro porque no cesan actividades no necesarias/esenciales”, denunció Belliboni y planteó que el gobierno tiene que parar los despidos y suspensiones. 


“En Argentina se discute cómo pagar la deuda externa. ¿Está primero la vida? El 31, Guzmán va a discutir la renegociación de la deuda. ¿Hay que pagar la deuda? Antes decíamos ‘o pagamos la deuda o comemos’. Ahora decimos ‘o pagamos la deuda o nos morimos’”.

Lili es una destacada luchadora que forma parte, como bien dijo, de “hombres y mujeres aguerridos que llevan la olla hasta el último rincón” en las peores situaciones y crisis sociales. Su relato, que contó la historia de los miles de trabajadoras y trabajadores que viven en las villas de todo el país, mostró la cara más grave de la crisis sanitaria, “lo que no quieren mostrar”.


El Polo Obrero denuncia que los anuncios del gobierno son tardíos e insuficientes, y reclama la provisión de agua potable en asentamientos y villas de emergencia, fumigación y descacharramiento de basurales y descampados; la inmediata provisión de elementos de higiene para los comedores populares (barbijos, guantes, cofias, batas descartables, alcohol en gel, lavandina, desinfectante en aerosol y repelente) y de kits de higiene; el aumento de las partidas alimentarias para los comedores populares para hacer frente al aumento de la demanda; la extensión de la tarjeta Alimentar a todos los desocupados con hijos de hasta 18 años de edad; la prohibición de despidos y suspensiones; la apertura de los programas sociales para todos los desocupados; duplicación de los montos de los programas; creación de un seguro al parado de 30.000 pesos, indexado por costo de vida; no al pago de la deuda externa, que los recursos se utilicen para atender la emergencia.