La Unidad Piquetera se movilizó a las puertas del Ministerio de Trabajo, en el marco de la sesión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. En una reunión a espaldas de los trabajadores, funcionarios gubernamentales, cámaras empresarias y las cúpulas de la CGT y la CTAs -con la observación de los movimientos sociales oficialistas- pactaron un nuevo cronograma de aumentos por detrás de la inflación para el SMVyM, que lo volverá a ubicar en cifras de indigencia.

El salario mínimo vigente es de $87.987 y quedará ahora en $105 mil, cuando la canasta de pobreza de junio en CABA ascendió a $235 mil y, en el conurbano bonaerense, a $228.053. La distancia entre los ingresos populares y el costo de los bienes y servicios necesarios para no ser pobre es más amplia aún en el caso del millón setecientos mil beneficiarios del programa Potenciar Trabajo, cuyo monto equivale al 50% del salario mínimo ($43.993,5).

Para septiembre, fecha en que se ejecutaría la última actualización acordada, el SMVyM alcanzaría los $111.600, cifra completamente insuficiente para salir del umbral de la pobreza.

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La Unidad Piquetera moviliza al Consejo del Salario Mínimo https://t.co/pmj24qWfoK pic.twitter.com/zp2XLfSd6s

— Prensa Obrera (@prensaobrera) July 13, 2023

Como vemos, el hundimiento del salario mínimo favorece tanto a las patronales a la hora de remunerar a sus trabajadores como al ajuste comandado por el FMI, que tiene como uno de sus principales flancos al presupuesto destinado a asistencia social. Los sucesivos gobiernos capitalistas han cumplido esa tarea, a tal punto que el SMVyM perdió 55 puntos de su poder adquisitivo desde 2015 a esta parte.

No lo hubieran logrado sin el concurso de la burocracia sindical entreguista, que, sin mandato alguno de las bases, acude al Consejo del Salario a convalidar aumentos de indigencia. Lo mismo podemos decir de los movimientos sociales oficialistas, los cuales mantienen a raya a los sectores más postergados para que no se rebelen contra las políticas de ajuste.

En ese sentido, la Unidad Piquetera está empeñada en romper esa malla de contención, con la lucha mancomunada entre trabajadores ocupados y desocupados para desenvolver a fondo todas las demandas. La movilización, que también pasará por la sede de la CGT para exigir un paro nacional y plan de lucha, levanta el reclamo de un aumento de emergencia del salario mínimo que lo lleve a $200 mil, salario igual a la canasta familiar, trabajo genuino, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario y seguro al desocupado.

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