Las organizaciones de desocupados a la cabeza

Ocupan dispensarios

La bancarrota de la provincia de Córdoba intenta llevarse consigo la salud pública. El desabastecimiento total de insumos medicinales y equipamientos médicos y sanitarios, y el atraso salarial del personal, fue la combinación que llevó a la movilización y hasta la ocupación de más de 25 dispensarios municipales.


En Villa El Libertador más de 200 vecinos tomaron, el jueves 17, el dispensario municipal. Los reclamos: medicamentos, leche, vacunas y el pago de los dos meses adeudados al personal.


Mientras la secretaria de Salud del municipio insiste con que los dispensarios están abastecidos (¡bajalenguas y gasas!), el intendente lo niega, dice que el Estado no tiene nada. Tras cuatro horas de toma el gobierno manda 300 kilos de leche, la gente los rechaza. Cuando el mate cocido de la olla se está terminando un vehículo municipal entra con medicamentos para apenas dos días. Se le cierra la salida con un piquete humano: “Este de acá no sale hasta que no traigan todo”, es la consigna.


¿Espontáneo? Las pelotas. Toda acción es decidida y debatida por la asamblea donde las organizaciones de desocupados juegan un papel dirigente y numérico que fue decisivo en los momentos más críticos. Son los mismos compañeros que estuvieron a la cabeza en la lucha por los alimentos, los que el martes protagonizaron un piquete masivo en la entrada al barrio. El resultado fue la provisión de 1.300 kilos de leche y medicamentos.


En José I. Díaz, el dispensario está directamente cerrado. Los desocupados de la zona cortaron el martes 15 el camino de circunvalación (después de participar de la jornada piquetera) y llaman a una marcha por los niños a pata al municipio desde todos los barrios. El último viernes marcharon 50 del barrio y dejaron un petitorio en el palacio municipal.


En muchos barrios se repite la escena, desocupados y vecinos golpeando en la puerta de los dispensarios, ocupándolos, cortando calles y rutas. La organización barrial por el trabajo y la comida se extiende a la defensa de la salud y la educación en el mismo momento en que De la Sota se toma vacaciones.