Lo que se trae la Kirchner-Card

Resulta llamativo. El gobierno nacional fijó como prioridad atender la única demanda que el movimiento piquetero no le hizo: la bancarización del plan Jefas y Jefes.


El interés es tan grande que empezó con un anuncio tramposo de rebaja en los pasajes de subtes en presencia de D’Elía, Alderete y del kirchnerizado Barrios de Pie, otrora expulsado por D’Elía. Hay también un difuso anuncio de rebajas de IVA en algunos alimentos que se compren con la tarjeta de débito.


¿Qué se traen bajo el poncho?


La implementación de una tarjeta similar en Neuquén derivó en una pueblada que obligó a Sobisch a dar marcha atrás y que liquidó de cuajo el intento de transformar el plan de empleo provincial en un vale restringido a ciertos comercios. La repercusión de esta lucha y el apoyo popular que obtuvo demoraron unos meses el proyecto nacional.


La Kirchner-Card sería distinta a la tarjeta de Sobisch porque (según dicen los diarios) daría acceso al efectivo. Pero el costo de los servicios bancarios correría a cargo del Estado.


El argumento de que serviría para combatir el clientelismo político es falso, porque las altas y bajas del plan siguen dependiendo del aparato de los municipios y partidos políticos patronales. Sólo que, ahora, los punteros podrán quedarse con las tarjetas, bajo la amenaza de dar de baja al beneficiario, y cobrar ellos directamente los planes de sus "clientes", cobrando los "peajes" a los que el proyecto alega ponerles fin.


Lo que sí cambia es que desaparecen las concentraciones de cobro en sedes y bancos, que han sido origen de múltiples cortes de rutas, calles, vías y ocupaciones cuando se producen caídas masivas en los listados. El nuevo desocupado bancarizado se encuentra con que quedará solo frente a un aparato de la red Link o Banelco.


El proyecto es parte de un ataque general que ya se expresa en las negativas a aceptar correcciones en el sistema, lo que redunda en caídos irrecuperables, en "limpiezas" vía pases de PEC a Jefes para eliminar aquellos que no tienen carga de familia, en la eliminación de menores de 18 y, sobre todo, en disposiciones arbitrarias de los Consejos Consultivos locales que en ciertas localidades envían órdenes de no pago a los bancos para los proyectos piqueteros "disidentes".


La tarjeta viene con el "dulce" de los 20 centavos para viajar en subte y eventualmente en tren. Más allá de que no está claro si el Estado le cubre a Metrovías y otros concesionarios la diferencia, hay otro objetivo estratégico, que es reprimir el desplazamiento gratuito en esos medios en ocasión de movilizaciones.


Por lo demás, la juventud que busca trabajo no puede desplazarse, pues no tiene el plan y no tendrá la tarjeta.


En cuanto a los descuentos por exención de IVA, valen sólo para los grandes centros comerciales tipo supermercados. El compañero beneficiario deberá tener siempre un saldo en la cuenta, y si el resto no es un importe redondo, no podrá usarlo como efectivo (porque los Banelco no dan menos de diez pesos, cifra equivalente al 7% del ingreso total). La tarjeta de débito no sirve para un ingreso de 150 pesos destinado a afrontar todo tipo de gastos de todo un grupo familiar desocupado.


La prioridad de Kirchner es "terminar con los piqueteros" mediante la contraprestación laboral a favor de los capitalistas y la disminución de la plantilla del plan.


Habrá lucha contra la Kirchner-Card.