Lucha histórica en Caleta Olivia

Termap: hay que asegurar la victoria

En la tierra del Presidente, que nuevamente intenta quebrar al movimiento piquetero, los desocupados están protagonizando, de nuevo, una lucha histórica. Hace cua­tro meses, un grupo de 50 compañeras ocupó la misma planta, Termap (Ter­minales Marítimas Patagónicas), pa­ra reclamar también por el derecho al trabajo.


Termap es un consorcio integrado por Repsol, Pan American Energy y Vintage Oil, las principales operado­ras del yacimiento petrolífero Santa Cruz norte, con estrechas vinculacio­nes con Kirchner, las cuales se queda­ron con esa planta luego de la privati­zación de YPF. Termap carga todo el crudo que sale en barcos a la destilería de La Plata o directamente al exterior.


Por eso, los desocupados se diri­gen a Termap a pedir trabajo. Al gru­po de 115 compañeros que ocupa la planta, hay que sumar otros 150 que se están movilizando con petitorios a las mismas operadoras (la comunidad los denominó “dialoguistas”).


El grupo de compañeros que ocupa Termap está compuesto por jóvenes, que hacen su primera experiencia de lucha. Siguen el ejemplo de las compa­ñeras que lograron en “su toma”, hace cuatro meses, el cobro, primero, de subsidios por 700 pesos y, ahora en agosto, ya cobrarían como trabajado­ras petroleras de la contratista Oil Imc.


El grupo Termap ha tratado de montar todo tipo de provocaciones y hasta la fecha no ha dado ninguna respuesta. El gobierno está paraliza­do.


La empresa ha pedido al gobierno que desaloje la planta y que “no per­mita el ingreso y egreso de personas y bienes a la planta". Quiere aislar a los luchadores que están recibiendo el apoyo de organizaciones como el Polo Obrero, Adosac, Piqueteras de Termap, etc., y de los familiares y amigos que les llevan abrigo y comida para hacer el “aguante” a la lucha.


El sábado 31, una patrulla policial intentó detener, por la noche, a dos mujeres que llevaban alimentos a sus familiares. Un grupo de los ocupantes salió de la planta y le terminó que­brando un dedo a uno de los uniforma­dos; el jefe de la Policía y el juez Penal tuvieron que ir a pedir disculpas por el incidente.


Luego de este episodio, los compa­ñeros han organizado la autodefensa en el predio. Aseguran que “salen de ahí con trabajo o muertos”.


Los ocupantes acusan a los gobier­nos de la Provincia y de la Nación de alcahuetes de las petroleras. El gober­nador Acevedo (ex Side), que había prometido hacer respetar la jomada de ocho horas, guarda ahora un silen­cio de Bepulcro.


Las empresas “aprietan” al gobier­no, por ejemplo, rompiendo el acuerdo de no aumentar los combustibles. El gobierno intenta “apretar” a los pique­teros. Pero la lucha de los piqueteros tiene “apretados” al gobierno y a los pulpos.


Trabajo hay y lo pueden pagar


Bastaría con declarar la emergen­cia ocupacional, declarar a toda Santa Cruz como zona desfavorable o insalu­bre y fijar una jomada laboral de seis horas. Si las empresas se negaran, se les quitaría la concesión que tienen hasta el 2017 y se recuperaría el pe­tróleo para los trabajadores, permi­tiendo incluso la rebaja de los combus­tibles, pues producir un barril cuesta 4 dólares y lo están vendiendo a 43 dó­lares.


Los jóvenes desocupados de Cale­ta Olivia actúan sobre la base de asambleas, padrón, petitorio, delega­dos y acción directa.


Al no funcionar la planta, que des­pacha el petróleo por valor de 4 millo­nes de dólares diarios, las operadoras deben parar los yacimientos, para evi­tar que rebalsen los depósitos. Pasados los días, las pérdidas son millonarias.


Los luchadores tenemos la obliga­ción de seguir rodeando de solidaridad esta lucha.


Tenemos que cerrar esta nota, pues en minutos comienza una mar­cha convocada por familiares de los ocupantes.


El miércoles, a las 17 horas, se ha­rá un recital solidario, en la puerta de acceso a la planta.


El triunfo es posible, pero hay que asegurarlo.