No al desalojo

En noviembre pasado, el edificio de las ex galerías Rocalom estuvo nuevamente abierto y lleno de gente y actividades. Antes pasó por ocho años de encierro. Desde hace cuatro meses se desarrollan en “La Toma” distintas actividades sociales, culturales y comunitarias: funciona un merendero popular al que asisten alrededor de setenta personas diariamente; se abrieron más de quince talleres para disciplinas artísticas, educativas y culturales; se edita un periódico de temáticas locales; se realizan charlas y espectáculos artísticos abiertos a toda la comunidad; se brinda espacio a todo el que necesite desarrollar su proyecto; se trabaja intensivamente con chicos en situación de calle que a diario deambulan por estaciones y trenes, y hoy, por ejemplo, algunos de ellos se están reincorporando a la escuela.


Desde hace cuatro años, el edificio pasó a formar parte de la concesión que el Estado le había hecho de los ferrocarriles a la empresa Metropolitano S.A., bajo la promesa de que allí iba a funcionar un centro comercial y cultural. La empresa responsable del vaciamiento y deterioro del ferrocarril Roca, por supuesto, nada hizo. Sin embargo, reclama la tenencia del lugar, abriendo una causa en los Tribunales de Lomas, inventando de testigos a sus propios empleados y argumentando el cuidado y mantenimiento que nunca le dio.


Mientras la “Justicia” apura trámites a favor de la empresa y los intereses políticos para llegar al desalojo y ponerle un nuevo sepulcro al edificio, quienes participamos de La Toma y de sus actividades decidimos defender el lugar de esta manera, continuando con cada una de nuestras actividades, difundiéndolas e invitando a quien quiera acercarse simplemente a hacerlo. Y no sólo reivindicar lo que llevamos adelante, sino también denunciar a los que quieren tirar abajo cualquier propuesta que surja de manera alternativa para hacer frente a los problemas de hambre y descomposición social y cultural que afectan a nuestra comunidad.