Es evidente que el acampe alteró la agenda política nacional. El gobierno y todas las fuerzas políticas de la burguesía hacen un esfuerzo para que el debate sea qué hacer con los cortes. Pero los piqueteros y diversas luchas obreras, los portuarios marplatenses, los docentes universitarios, los enfermeros del Garrahan, los hospitales bonaerenses, los camioneros de Coto y sus empleados, entre otros, han metido el debate del salario y el trabajo, precisamente a través de huelgas y piquetes.

La masividad derrotó los dispositivos policiales. Pero Kirchner 2005 no es el tambaleante Duhalde del 2002, cuando un acampe menor en fuerzas abrió una ruta reivindicativa a un mes y medio de la masacre de Avellaneda.

Hoy, las cámaras empresarias abogan, con el gobierno de Kirchner y Lavagna a la cabeza, por la eliminación de los planes después de las elecciones. Para que terratenientes, empresas constructoras, etc. no tengan “piso” en los salarios. F. Laborda, en el editorial del 19/8 en La Nación, afirma que no debe haber aumento porque “dos millones de trabajadores ganan 200 pesos por jornadas de más de 8 horas”.

La victoria depende del crecimiento de una acción de masas. De la superación del aislamiento relativo de la lucha piquetera como de cada una de las grandes luchas obreras del momento, todas atomizadas por la integración de las centrales sindicales al gobierno.

Por eso el Polo Obrero propone actuar en dos frentes:

Un planteamiento de fondo a favor de puestos genuinos, bajo control de los trabajadores, en blanco, con salarios de convenio, con respeto de horario y jornadas, para ganar la conciencia de la propia clase obrera que mira con más desconfianza los planes que los piquetes, víctima ella misma, en franjas enteras, de condiciones de explotación que apenas superan a los Jefas y Jefes.

Para discutir esto y un verdadero seguro al parado de 350 pesos, de carácter universal y sin contraprestación, con pase a planta permanente de todos los Jefes y Jefas que se desempeñan en la función pública, el Partido Obrero ha propuesto una Paritaria con el movimiento piquetero. Que el gobierno la convoque de inmediato.

En segundo lugar, apoyar este planteamiento político con una marcha multitudinaria que congregue más y más voluntades y familias desde los barrios y representaciones solidarias de todos los trabajadores en lucha. Por ejemplo, de Liniers a Plaza de Mayo.