Picún Leufú: Otra pueblada piquetera

No se habían extinguido los ecos de la pueblada zapalina, cuando una nueva población de Neuquén realizaba una asamblea popular que decidía cortar la ruta N° 237 (que conduce a Bariloche).


El pueblo de Picún Leufú (unos 5.000 habitantes), casi en un 100% compuesto por ex-obreros de las grandes obras hidroeléctricas y sus familias, reclama todo un plan de obras, que se resumen en un petitorio firmado masivamente.


El gobierno intentó “curarse en salud” y firmó con el intendente (aliancista) y los concejales una acta-acuerdo. Esta acta-acuerdo fue rechazada por una asamblea popular, que la caracterizó como “un compendio de buenas intenciones”.


La desocupación, en una localidad que creció al calor de las grandes obras hidroeléctricas que ya han culminado, es muy alta. La propuesta de la “reconversión productiva” a través de la producción agrícola choca con la crisis recesiva y la falta de créditos a los productores familiares.


Por otra parte, el ente que supuestamente debería apoyar crediticiamente las propuestas productivas está envuelto en estos días en un escándalo de corrupción, ya que ha entregado el 90% de sus recursos a un puñado de empresarios amigos del gobierno, los que más de una vez no los han devuelto o han ido a quiebras fraudulentas.


Otra vez la asamblea popular como forma de “gobierno”


Gorosito, el ministro de Gobierno de Sobisch, ataca las decisiones soberanas de la población reunida en asamblea popular, diciendo que “… parece que no entendieran que se ha suscripto un acta con las autoridades legítimas… Se le da importancia institucional a gente que no la tiene… Sólo guardan legitimidad los funcionarios elegidos…” (Río Negro, 23/9).


Los pobladores de Picún Leufú entienden exactamente lo contrario: lo único legítimo y lo único a lo que responden es a las resoluciones de la asamblea popular. Por eso afirman que “estamos dispuestos a resistir sobre la ruta hasta que el gobierno nos escuche” (ídem).


La radio FM del pueblo está puesta al servicio de la pueblada, y hasta los bomberos se han plegado a la medida.


Estas puebladas, sus asambleas populares, su método piquetero, ponen de manifiesto que las consignas que impulsa el Partido Obrero tienen su base en un proceso real, que existe aún más allá de nuestra propia influencia.


Hay que darle a esas puebladas un carácter orgánico: la próxima Asamblea convocada desde La Matanza, debe convocar a los dirigentes de estas puebladas.


(Neuquén, 23/9)