Piquete, huelga, acampe y triunfo provisorio

El hecho ocurrió en el Aserradero García, representante de la patronal más inmunda y explotadora de Guaymallén. Sucede que este negrero se negó a pagar las últimas quincenas de diciembre, y cuando llegó el día 24 los obreros se rebelaron contra tanta injusticia, en principio con mucha desorganización, y después utilizando los métodos de la clase obrera en lucha: los piquetes.


El 24, al atardecer, realizaron un piquete en la puerta de la empresa, pero no obtuvieron respuesta; entonces, ya agotados y con ganas de ir a pasar la Nochebuena con sus familias, a pesar de que algunos no tenían ni un peso, decidieron suspender la medida de fuerza hasta el 26 por la mañana. Ese día, la concentración de los 30 obreros, entre ellos niños de 11 años, a los que se les adeudaba 3 pesos, comenzó a las 10 horas, con un piquetazo otra vez en la puerta de la empresa, a los pocos minutos llegó un patrullero y se acordó con un oficial apagar las gomas hasta las 18 horas, horario en que se comprometió el patrón a pagar.


Entonces los jóvenes trabajadores decidieron acampar en el lugar hasta que se les pagara todo. Fue un aguante histórico justo un día en que la temperatura llegó a los 40 grados. Este aguante estuvo acompañado por militantes del Polo Obrero que participan de una Asamblea vecinal cercana al aserradero. La policía después de haber estado provocando toda la tarde, ingresó al aserradero a las 17:30 horas, entonces se abrieron las puertas de la fábrica y comenzó la paga, que duró casi una hora, porque por primera vez la patronal hacía firmar a los obreros papeles como si no estuvieran cobrando en negro. Cuando faltaban cobrar los niños de 11 años, la policía volvió a las provocaciones tratando de exigir que los obreros se fueran de la puerta sin saber si los niños cobraban o no.


Una vez que todos los trabajadores cobraron su deuda, comenzaron a desconcentrarse, habiendo dado un gran ejemplo a todos los trabajadores de Corralitos y Puente de Hierro, que viven sometidos a un nivel de explotación cercano a la barbarie, trabajando sin ninguno de los derechos que los trabajadores a lo largo de nuestra historia les hemos arrancado a las patronales.


Pero a pesar de todo, el triunfo fue provisorio, porque el patrón, en complicidad con la policía y el gobierno, trata de impulsar una denuncia trucha contra los obreros. Estos podrán detener toda esta infamia sólo si toman la decisión de darse una férrea organización, que sea capaz de agrupar a los demás trabajadores de la zona y de llevar adelante un plan de lucha levantando un programa con consignas tales como:


  • por un salario mínimo de 600 pesos;
  • por todos los derechos laborales: seguro, sindicato, obra social, etc.;
  • por la duplicación del subsidio del plan Jefes y Jefas y plan Familia;
  • por ticket-vale más para todos;
  • que se vayan todos los punteros y la mafias que lucran con la ayuda social, que ésta sea controlada por asambleas vecinales.


Este es el camino a seguir para que se vayan todos los explotadores, los corruptos y los represores, que quieren someternos a vivir en la miseria.