CFK evitó decir que los miles que durante estos dos años y medio no trabajaron fue porque no tuvieron los materiales, ni la ropa de trabajo o elementos de seguridad, inclusive durante varios meses no se aportaron los fondos a las obras sociales. Los que no trabajaron fue por responsabilidad del Estado, otros lo hicieron en condiciones deplorables, a su propio riesgo.
El programa no terminó de armar casi ningún plan de obras en la etapa provincial, cientos de cuadrillas y cooperativas presentaron sus propios planes de trabajo en plazas, escuelas y vía publica, llevándolos adelante mientras utilizaban sus propios recursos.
Durante todo este tiempo, los 150 mil trabajadores del AT realizaron tareas de limpieza, señalamiento, pintura de edificios públicos, desmalezado de campos y mantenimiento de plazas y parques, por la sexta parte de la canasta familiar.
Los anuncios de aumento siguen la línea de otorgar adicionales que no toquen el básico (queda en 1.200 pesos arrastrando una pérdida de más del 50% de su poder de compra.
La Presidenta habló como un empleador (en negro) de 150 mil trabajadores precarizados.
La ministra Alicia Kirchner definió que el aumento lo cobrará, en principio, sólo el 20% de los 150 mil trabajadores.
Nadie sabe cómo se decide quién cobra y quién no. Esa es la mejor forma para que los punteros puedan reforzar el clientelismo.
Productividad y asistencia quedan en manos de los presidentes y autoridades de las cooperativas, mayoritariamente compuestos por punteros oficialistas de todo pelaje.
La constitución de las cooperativas del AT fue organizada en el mayor de los sigilos. Nadie que integre un AT fue convocado en estos dos años y medio a ninguna asamblea, el 90% de ellas está dirigida por los punteros del Evita, La Cámpora y los de los intendentes.
Las organizaciones sociales y piqueteras abrimos a piquete limpio el ingreso de compañeros excluidos al programa, que desde su inicio fue cerrado y no público.
Con el otorgamiento de aumentos selectivos, Cristina quiere reforzar el control punteril de los 150 mil trabajadores. Se busca reforzar el control social en un cuadro de ajuste y tarifazos.
Los trabajadores del AT -que no tienen aguinaldo, vacaciones ni seguro (decenas de compañeros fallecieron en este período y sus deudos no han recibido ni un centavo)- realizan tareas que están encuadradas en convenios laborales perfectamente establecidos hace años.
La Presidenta quiere aplicar la disciplina patronal, pero pretende ignorar las conquistas históricas que los trabajadores les hemos arrancado a los patrones con miles de luchas -como son los convenios, condiciones de trabajo, higiene, salario familiar, etc.
Aumento para todos, sin discriminaciones ni clientelismo.
¡Basta de precarización laboral!
Pase a planta y convenio respectivo para los trabajadores del AT.
Aumento de emergencia equivalente al salario mínimo legal (hoy de 2.200 pesos).
Obra social, seguro y elementos de seguridad.
Plan de obras públicas y viviendas.