El plan de guerra del gobierno del liberfacho Milei continúa avanzando sobre el conjunto de la clase obrera. Entre los últimos ataques por parte de la motosierra se encuentran lxs jubiladxs a quienes les han robado en los últimos años el 40% del poder de compra de sus ingresos y no llegan a cubrir siquiera un tercio de la canasta de la tercera edad. Tampoco reciben los alimentos por medio de los comedores populares que también han sufrido robo de la comida por parte de Milei y Pettovello.

A la par se engrosan cada vez más las filas de los desocupados a partir de los despidos masivos, primero en la obra pública paralizada por completo, ahora en el Estado donde alcanzaron los 15 mil y el gobierno pretenden que sean 70 mil. Se trata de familias trabajadoras que quedan en la calle, muchos casos literalmente sin poder pagar los alquileres y que no van a conseguir laburo en el sector privado donde también avanzan los despidos, golpea la recesión y la caída de actividad económica ni siquiera permite sobrevivir con changas, que cada vez hay menos en nuestros barrios.

La situación social es explosiva, el empobrecimiento de la población trabajadora es generalizado y se agravará.

Los exportadores, el FMI y los fondos de inversión para los que gobierna Milei exigen una nueva devaluación que golpearía aún más los ingresos populares

Los tarifazos en los servicios de esta semana y las naftas echará más en el fuego a una situación ya insoportable.

En este cuadro se inscriben los ataques y el intento de eliminar todo tipo de asistencia social para los que menos tienen.

Se trata de reivindicaciones arrancadas al Estado por parte del movimiento piquetero con años de pelea contra todos los gobiernos ajustadores y en la lucha por el derecho al trabajo genuino.

El robo de los alimentos para los comedores populares, las suspensiones arbitrarias discriminatorias del ex Potenciar Trabajo, el congelamiento y destrucción de los programa persiguen el objetivo de eliminar los planes y el piso salarial, un beneficio para las patronales que quieren seguir destruyendo los salarios y los ingresos del conjunto de los trabajadores.

Además de intentar desarticular la organización de los barrios junto al movimiento que lucha por unir a los trabajadores ocupados y desocupados en cada barrio, porque es un obstáculo y enemigo para el avance del plan Milei.

Ante esta situación, el FMI monitorea y vigila de cerca el plan Milei y teme la posibilidad de una rebelión popular que se lo lleve puesto al gobierno. Se trata de un gobierno con flancos débiles, minoritario en el Parlamento y con poca capacidad política para pilotear la bancarrota del país.

Solo se sostiene por la disposición de la casta de la oposición patronal, sus gobernadores, que replican la motosierra en cada provincia y acuerdan que los platos rotos los paguemos los trabajadores.

“Es hora de escuchar”, dice Massa desde un fondo de inversión para los que gobierna Milei. CFK -como lo expresó en una carta- también está dispuesta a negociar y pide una reforma laboral que destruya los derechos laborales y cualquier posibilidad de trabajo genuino.

La burocracia sindical de la CGT y la CTA vienen dejando pasar cada uno de los ataques, son cómplices del plan Milei y un bloqueo para que crezca la resistencia por abajo y la defensa de nuestras condiciones de vida.

Pero la resistencia y bronca popular van creciendo.

La gran unidad piquetera, que integraba a todas las organizaciones, luego del corte de todos los accesos a la ciudad y más de 500 rutas nacionales y puentes, discute profundizar el plan de lucha hasta derrotar la política de hambre de Pettovello y Milei.

Ese crecimiento de las luchas también se expresó el último 24 de marzo con una Plaza de Mayo masiva, igual que todas las plazas del país que se coparon contra la política represiva y de criminalización de la protesta, que se ha acelerado con la condena a Martín Rodríguez en Mendoza y los juicios a otros dirigentes piqueteros procesados por luchar contra el hambre y por trabajo.

La lucha y la organización van a continuar en ascenso como se demostró en los cortes de autopistas, rutas y avenidas por parte de vecinos inundados y afectados por el temporal en distintas localidades del conurbano y en CABA. Lo mismo sucede a partir de la organización y reclamo contra la inacción ante el dengue por parte del gobierno nacional, gobernadores y los intendentes en la provincia de Buenos Aires.

Frente al avance del hambre y la miseria se han empezado a poner en pie ollas populares que son un centro de organización de todos los reclamos de las barriadas obreras frente al avance del narcotráfico, la falta de urbanización y de servicios básicos, entre otros reclamos. Seguiremos impulsando y multiplicando las ollas en todo el país para organizar y unir a los trabajadores en cada barrio. En ese sentido también impulsamos la participación del movimiento piquetero en la asamblea de trabajadores ocupados y desocupados y todos los sectores en lucha que nos permita juntar la fuerza para impulsar un plan de lucha nacional en el camino de la huelga general hasta derrotar a  Milei y abrir paso a un gobierno de los trabajadores.

https://www.prensaobrera.com/movimiento-piquetero/comenzaron-las-ollas-populares-en-neuquen-capital