Tucumán: El Acto

Con un acto que reunió a alrededor de 3.000 compañeros culminó la jornada de lucha del 20 de diciembre. El Polo Obrero y Barrios de Pie aportaron dos tercios de la concurrencia. El resto estaba conformado por personas atraídas por la convocatoria y núcleos de diversas organizaciones de derechos humanos, de barrios y partidarios varios.


El escenario tenía como telón de fondo un gran cartel que decía: Que se vayan todos, por una Constituyente con poder. Hablaron Hijos, Madres, Barrios de Pie (Federico Masso y el Indio Romano) y por el Polo Obrero, Sergio Díaz y Daniel Blanco. Se vendieron otra vez 80 periódicos (cifra similar a la movilización del lunes), con lo cual se llegará nuevamente a 400 periódicos semanales.


Esta concentración fue precedida por la gran movilización de recepción a la columna del NOA el lunes 16. A partir de allí se tuvieron que salvar numerosos obstáculos, partiendo precisamente del esfuerzo de realizar dos grandes movilizaciones con muy pocos días de plazo; pero el propio progreso de la Marcha Nacional y la propia fecha del 20 ayudaron a mantener el envión y los espíritus dispuestos a cualquier sacrificio. Se tuvo que vencer toda la campaña sobre los saqueos, que era impulsada por los saqueadores del pueblo; se tuvo que vencer el inmenso despliegue del aparato represivo, la detención arbitraria de dos compañeros del Polo en la Comisaría de Alderete, con el fin de perjudicar la movilización en una de las zonas donde más se ha desarrollado el Polo últimamente y donde se había instalado un clima de pueblada. Fracasaron los intentos de realizar el miércoles la jornada “por la paz y la no violencia”, adonde no fueron más de 150 personas, y fracasaron todas las convocatorias paralelas de los llamados grupos cívicos, la mayoría enrolados en la centroderecha. El gobierno hizo un despliegue como nunca de reparto de bolsones para disuadir la concurrencia, en especial en zonas calientes. El gobierno de Miranda llegó a impulsar un censo provincial de los beneficiaros de los planes Jefes y Jefas y compartir el pan los días 18, 19 y 20 bajo pena de perder los beneficios si no se los encontraba en sus domicilios. A pesar de todo eso logramos hacer una movilización multitudinaria donde tanto el Polo Obrero como Barrios de Pie hicieron su mayor movilización hasta el momento en la provincia.


Un punto aparte merece la convocatoria de la Ccc, que fue numerosa, según los medios unas 4.000 personas. Pero su carácter bolsonero fue notable. Ya el 19 sus dirigentes se encargaron de propagar a los cuatro vientos que habían logrado 4.000 bolsones y un subsidio de 120.000 pesos para 2.000 desocupados. La Ccc se subió a la maniobra del gobierno orientada a apagar cualquier llamarada repartiendo bolsones a troche y moche y de esa manera evitar que una franja de los desocupados interviniera en la jornada en función de la crisis de poder que está planteada en la nación y en la provincia.


Algunos grupos, como Iu, quisieron poner sus huevos en todas las cestas, apoyando lo de la Ccc y la convocatoria del Polo y Barrios, pero sólo para aparecer en algún medio. Su preocupación no está en organizar al movimiento piquetero sino en hacer propaganda de Patricia Walsh presidente.


Por su lado, el Mijd, que el 16 había participado con una pequeña delegación, magnificó un pequeño incidente para movilizarse solo, algo que contrasta con la intervención del conjunto de esa organización en la Plaza de Mayo.


El bloque de fuerzas de la Asamblea Nacional Piquetera ha avanzado y ya es una referencia en toda la provincia. Daniel Blanco, en su discurso de cierre, hizo un llamado a impulsar una campaña por un congreso provincial de las organizaciones en lucha en el marco de las perspectivas planteadas por la Asamblea Nacional Piquetera y para profundizar la lucha para echarlo a Miranda e imponer una salida de los trabajadores.