Una lección de independencia

Cuando los representantes de varias Asambleas Populares (San Telmo, Avellaneda, Almagro, entre otras) disputaron casi hasta físicamente la cabeza de columna de la movilización a Plaza de Mayo en defensa del programa votado en la Interbarrial de Asambleas Populares, se produjo un acto de salud política. Derrotaron de este modo el intento de cuatro partidos políticos (PC, MST, Frente para el Cambio, Corriente Patria Libre) de suplantar ese programa y de suplantar también a las Asambleas Populares y a las organizaciones piqueteras como protagonistas de la jornada.


La defensa del programa votado por la Interbarrial, coronado por la consigna “Por otro Argentinazo”, no habría sido posible sin la unión física de los “piquetes y cacerolas”, expresada en los primeros metros de la Avenida de Mayo. La avanzada de representantes de las Asambleas Populares, frente al acoso de los dirigentes y militantes de esos cuatro partidos, ganó la cabeza de la columna con el apoyo de las columnas del Bloque Piquetero Nacional, que se abrieron paso, primero; y se cerraron rápidamente, después, en defensa de ese bloque de Asambleas Populares, que defendían no solamente un mandato, sino una estrategia frente a la situación política.


Esa cabeza de columna fue portadora de un cartel con la consigna “Que se vayan todos” y más tarde, ya con la marcha constituida, del cartel con el programa votado por los representantes de las Asambleas Populares, coronado por el llamado a “otro Argentinazo”.


Pero este fue sólo el dato emblemático de la jornada de lucha.


Las masas llevadas por las Asambleas Populares y las organizaciones piqueteras (BPN, Mijd), llenaron la Plaza en proporciones similares a las del 3 de julio, en el orden de las 40.000 personas, a pesar de la defección de la CTA y la CCC, con una presencia significativa de trabajadores y jóvenes “autoconvocados” y sumados luego a las columnas (esto fue manifiesto en la del Polo y el PO, que sumó cerca de 4.000 manifestantes en su salida de la Plaza). Nunca, como en esta oportunidad, se expresaron tan vivamente las tendencias a la unión de lucha y perspectiva de los miembros de las Asambleas Populares con las organizaciones piqueteras reprimidas en Puente Pueyrredón, de lo que fue un signo el aplauso emocionado y el grito atronador de “Piqueteros, carajo”.


Dos estrategias


En oposición al planteo de Fuera Duhalde y el FMI, Que se vayan todos, Por otro Argentinazo, el bloque de los cuatro partidos (PC, MST, Corriente Patria Libre, Frente para el Cambio) libró una lucha denodada por colocar como consigna única y excluyente “la segunda y definitiva independencia” y erradicar del programa el llamado a una nueva rebelión popular. En las Asambleas Populares, en el Bloque Piquetero Nacional y en las avenidas en las que transcurrió la movilización, estuvo en debate la estrategia frente a la revolución.


La “segunda independencia nacional” es el slogan tramposo que pretende disfrazar tras la demagogia nacionalista la formación de un frente “izquierda-centro”, como plantea el PC.


El objetivo político poco ambicioso del bloque de cuatro partidos: introducirse en el debate electoral planteado por el gobierno, integrándose en la maniobra de supervivencia del régimen.


Nito Artaza


La estrategia que prevaleció en la Plaza de Mayo, el 9 de julio, estuvo instintivamente presente en el acto de los ahorristas en el Obelisco un día antes. En el momento en que Nito Artaza llamó al Poder Judicial y al Congreso para que actúen en defensa de los ahorristas confiscados, la multitud comenzó a corear “Que se vayan todos”. En esta Plaza de Mayo del 9 de julio se ha vuelto a derrotar políticamente a las mismas fuerzas que quisieron boicotear el acto obrero y piquetero del 1º de Mayo. En aquella oportunidad marcharon a la Plaza de Mayo numerosas Asambleas, poniendo de manifiesto la conciencia existente en las capas sociales intermedias acerca de la necesidad de un movimiento popular bajo la dirección de la clase obrera (no por casualidad una de las siete consignas votadas por las Asambleas Populares fue “por un gobierno de trabajadores”). El objetivo de la red de partidos armada por IU, en cambio, es aprovechar la situación revolucionaria para una ganancia electoral y no va más allá del cambio de personal político dentro del régimen (lo que conlleva la perpetuación de este gobierno).


Para el sábado 20 de julio, las Asambleas Populares tienen en preparación un nuevo cacerolazo, y una de las mociones plantea marchar con las consignas “No a las elecciones truchas, que se vayan Duhalde y el FMI, que se vayan todos, Asamblea Popular Constituyente”. Ese mismo día está previsto que comience a sesionar en Buenos Aires la junta de “notables” nombrada por el FMI para “hacerse cargo” de la economía del país.