Movimiento piquetero
7/3/2002|744
Zona Norte: La Izquierda (democratizante) carneréa el plan de lucha
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Cumpliendo con el mandato de la Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados, más de 120 piqueteros cortamos el ingreso de la destilería de Esso, en Campana.
El corte estuvo garantizado por el Polo Obrero de la Zona Norte y de Zárate-Campana, y el MTL de Zárate. Fue notoria la presencia de desocupados organizados en la Coordinadora de Desocupados de Tigre, en la CTD “Aníbal Verón” de San Fernando, en la Comisión de Desocupados de Villa Zagala, y en la Comisión de Desocupados de Maquinista Savio.
También cobró notoriedad la ausencia de las organizaciones de izquierda (MAS, MST, PTS, Convergencia Socialista) que, vale recordar, levantaron sus manos para votar este plan de lucha.
En Tigre, en la Asamblea Popular del barrio El Zorzal (General Pacheco), la que funciona en los hechos como una Asamblea Interbarrial (nuclea a asambleas y activistas de 8 barrios del distrito), fue lamentable la intervención de estos “izquierdistas”: primero, votaron a favor de “unir los piquetes y cacerolas” porque, como todos saben, “la lucha es una sola”; segundo, votaron a favor de “unir la lucha de los desocupados con la de los trabajadores ocupados”, porque, como todos también saben, el que no quiere la “unidad de los trabajadores… se jode, se jode”; tercero, “para unir a las más amplias capas de trabajadores” votaron una asamblea con los docentes, el lunes a las 10 de la mañana, y una “interbarrial” (otra más) para la tarde. Es decir, votaron carnerear el plan de lucha en nombre de la lucha.
El compañero Rath explicó, en las páginas de este periódico, que la Asamblea Nacional reveló la presencia en su seno de “la oposición entre los constructores de un movimiento clasista de masas y las sectas”. En el caso de Tigre estamos en presencia de sectarios y fetichistas. A los tótems de los sioux, a las cruces de los cristianos, la izquierda democratizante le opone un nuevo fetiche: la Asamblea Popular, la adoran como “la” organización de las masas, pero le quitan toda iniciativa práctica y sólo la utilizan para “intercambiar ideas”, “elaborar proyectos” y “unir a todos los vecinos”. Nada de plan de lucha ni una movilización; actos ni hablar; escraches, menos. Eso sí, si los piqueteros deciden un plan de acción ellos lo votan, total después no participan.
La Asamblea Popular conceptualizada de esta manera, como fetiche, cumple el mismo rol que han cumplido los fetiches a lo largo de la historia: ninguno. Mejor dicho, tranquilizar psicológicamente a los fetichistas ante los avatares que le impone la naturaleza… o la lucha de clases.
El Bloque Piquetero hizo honor, no sólo a su nombre sino también a lo votado en la Asamblea Piquetera Nacional. Garantizó el Plan de Lucha. Cortó la puerta de Esso y realizó una movilización que conmocionó al centro de Campana y un acto en la puerta de la Municipalidad.
El primer punto del programa de las asambleas populares, “Que se vayan todos”, desarrolló el pasado 25 de febrero todo su contenido de lucha y revolucionario porque lo tomaron en sus manos los piqueteros que, como se dijo en el acto final en la estación de Campana, “no sólo votan un Plan de Lucha, sino que también están dispuestos a llevarlo a cabo”.