17/18/19 de agosto: Salteñazo de las piqueteras
Dieciséis años de Encuentros y marchas testimonian la radicalización y maduración política de las mujeres trabajadoras.
El crecimiento del movimiento piquetero, que contó y cuenta con el protagonismo fundamental de la mujer trabajadora, fue impactando en los propios Encuentros. El resultado fue el crecimiento de los sectores combativos y clasistas y un retroceso de las tendencias vinculadas a los partidos patronales y de la Iglesia Católica.
La organización del movimiento piquetero pasó de las reivindicaciones inmediatas y las luchas locales al programa político de las Asambleas Piqueteras.
El Encuentro, como las ollas populares y fogones de los cortes de rutas, fue una de las cocinas donde se procesó el Argentinazo del 19 y 20 de diciembre, que puso en jaque al sistema: "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo".
Este es el mandato aún por cumplir. La crisis ha llegado al último rincón de los hogares, y levantará hasta la última de las mujeres que aún estén recluidas.
El Plenario de Trabajadoras en el Polo Obrero expresó fielmente este contenido, destacando la necesidad de que los Encuentros votaran un plan de lucha contra los gobiernos antiobreros, y tomaran las medidas organizativas para poder efectivizarlos.
Los debates que se vienen
El próximo Encuentro tiene por delante un desafío enorme. La experiencia du haldista ha concluido en un rotundo fracaso: la desocupación trepa al 40%, los salarios se devaluaron, se confiscaron los ahorros.
Las direcciones de la CCC y la CTA se presentan ante miles de piqueteras, luego de haber seguido la iniciativa de la Iglesia concertando con Duhalde, y de haberse delimitado públicamente del Bloque Piquetero, la Aníbal Verón y Barrios de Pie.
Hace años, la Iglesia pierde todo debate democrático en los Encuentros. El colaboracionismo de la Mesa de Diálogo montada por la Iglesia Católica, basado en un consenso trucho y su intento de cooptar organizaciones piqueteras colaboracionistas, ha vuelto a fracasar. La lucha piquetera del 26 y 27 de junio los derrotó en el Puente Puerredón y en la gran marcha de 40.000 personas repudiando la masacre.
La centroizquierda, el Frenapo, la CTA, pretenden reciclar a los viejos políticos de la Alianza y el PJ, para hacer retroceder la lucha popular en el camino electoral de Duhalde. Todas las reformas de la izquierda juntas no cambiarán el sistema capitalista por el cambio electoral. Obtener la más elemental de nuestras reivindicaciones quiere decir que "Hay que echarlos a todos".
El poder y la Asamblea Constituyente
El gobierno golpea y violenta como nunca a las mujeres y a las masas, y no queremos retroceder a tiempos más bárbaros aún, sin alimentos, sin remedios, sin salud, sin educación y bajo el oscurantismo clerical. Ninguna piquetera volverá a ser recluida en el hogar, ninguna cacerola dejará de ser empuñada contra el gobierno, ni volveremos a reproducir el sistema capitalista.
Esto plantea la cuestión del poder. Nuestras necesidades más elementales no encontrarán solución si no mediante la sustitución de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, por Asambleas Constituyentes, libres y soberanas, sin los límites constitucionales actuales, que gobiernen el conjunto del país, rompan con el FMI, reestaticen sin pago la banca y el petróleo, pongan a funcionar las fábricas, distribuyan las horas de trabajo, y establezcan el control obrero de la producción.
El Plenario de Trabajadores en el Polo Obrero llama a todas las mujeres de este Encuentro a apoyar el Plan de Lucha de la Asamblea Nacional Piquetera.
Pasemos de las deliberaciones a la acción. Asambleístas, piqueteras, trabajadora s fabriles, estatales y rurales, salgamos a las calles junto con el pueblo salteño: No a las elecciones truchas. Fuera Romero, Fuera Duhalde, Fuera el FMI. Por una Constituyente con poder.