Mujer
7/6/2023
3J: el valor de la lucha independiente, contra el Estado y los gobiernos
Familiares de víctimas y la asamblea independiente copamos la Plaza de Mayo.
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Movilización por Ni Una Menos Foto: Gentileza de Nicolás Parodi
Se cumplieron 8 años del primer Ni Una Menos y la lucha por las mujeres volvió a ganar las calles. Miles de mujeres y pibas, hartas del destrato, el desamparo y la violencia, se manifestaron en todo el país para aunarse en un grito que desespera: salimos a la calle para que dejen de matarnos.
La vigencia de la movilización por Ni Una Menos es la vigencia de una lucha y una demanda popular pisoteada por todos los gobiernos. Desde 2015, kirchneristas, macristas, radicales y peronistas, estuvieron al frente de gobiernos que no hicieron más que agravar la realidad que padecemos: el femicidio diario; el bloqueo a la ESI y el reforzamiento del poder de las iglesias; la falta de acceso a la justicia; la impunidad ante la violencia, los narco-femicidios, los abusos y los crímenes de odio; la persecución a las luchadoras y las madres protectoras; y la feminización de la pobreza que crece en la medida que crecen el ajuste y el hambre -y que refuerza el lugar de vulnerabilidad y sometimiento al que nos relega este régimen social-.
El gobierno de Alberto y Cristina pretendió usufructuar esta lucha para reforzarse políticamente, a caballo de un movimiento que ganó enorme adhesión popular. Anunciaron el fin del patriarcado cuando en las calles conquistábamos con lucha el derecho al aborto legal, mientras ellos reforzaban las concesiones a las iglesias. Crearon un Ministerio de mujeres y géneros, y oficinas burocráticas análogas en distintos niveles del Estado, que terminó siendo la fachada de una continuidad política en materia de abandono a las mujeres trabajadoras y pobres, mientras se cooptaba y se integraba a la dirección estatal a un sector que antes animaba las luchas. El desprestigio que significó el fenómeno de las “mujeres gobernando” con el hambre del pueblo, es uno de los factores que explica el crecimiento de expresiones derechistas y negacionistas de nuestros derechos como los Milei.
https://prensaobrera.com/mujer/gran-jornada-del-3j-de-los-familiares-de-victimas-y-las-organizaciones-independientes
Esta política de integración al gobierno y al Estado fue el parteaguas que se volvió a expresar en dos movilizaciones políticas bien diferenciadas este 3J. En Congreso, una convocatoria que -como destacaron las crónicas de los medios- tuvo como uno de los ejes centrales la defensa de la vicepresidenta por “persecución judicial” en las causas de corrupción. Allí levantaron consignas contra la deuda y el FMI, sin mencionar una sola vez al gobierno que hizo del sometimiento colonial su principal hoja de ruta y que hundió en la ruina a millones de familias trabajadoras. Reclamaron una reforma judicial feminista, sin denunciar a los partidos que dominan los senados promoviendo primero, y luego protegiendo, a los jueces y fiscales que expulsan y revictimizan a las mujeres, las persiguen y protegen a violentos y abusadores. Con o sin cargos en el Estado, aunque enumeren muchas demandas, las organizadoras de esa marcha han subordinado nuestras luchas al apoyo político al peronismo y al Estado capitalista.
Del otro lado de la 9 de julio, en la Plaza de Mayo, la movilización fue un abrazo de lucha impresionante entre las organizaciones independientes (de la izquierda, del movimiento piquetero, de quienes rechazamos la cooptación gubernamental) con quienes, lejos de arrodillarse ante el poder, se han puesto de pie para enfrentarlo luego de sufrir lo peor. La Asamblea Nacional de Familiares de Víctimas de Femicidios y Desapariciones reunió, en el centro del poder político del país, a decenas y decenas de madres, padres, hermanxs, tíos y seres queridos de pibas que ya no están. Coparon la Plaza viniendo de los barrios más humildes de la Ciudad y el conurbano, y desde distintas provincias, para reclamar contra la impunidad. Son quienes golpearon todas las puertas del Estado, ministerios, fiscalías, comisarías, y no recibieron más que agravios.
Como denuncian en su texto de convocatoria se organizan en la lucha porque “las leyes, como la Ley de Víctimas o la Ley Micaela, son solo cuadros de decoración en las oficinas de las instituciones gubernamentales. Incluso en los distintos ministerios y secretarías de mujeres, que no dan salida alguna a los reclamos que elevamos. Cada vez que trabajan en un expediente, no tienen en cuenta que allí no hay solo papeles, que hay una vida que arrebataron de la peor manera, violentamente, pasando por las peores vejaciones y que detrás estamos las familias que sólo queremos verdad y justicia”.
Los familiares que se expresaron en la Plaza son el más cabal testimonio de lo que significa la responsabilidad del Estado, cuando no toma la denuncias, cuando estigmatiza y abandona, cuando empobrece y priva de recursos, cuando educa en la naturalización de la violencia contra mujeres y niñxs, cuando libera las zonas para los narcos, cuando tolera y permite la captación de nuestras pibas en la puerta de los colegios para ser introducidas en un circuito de consumo y abusos, que tantas veces termina en muerte.
La denuncia de los narco-femicidios fue otro parteaguas con la movilización oficialista. Los familiares rechazaron participar de su convocatoria luego de haber expuesto en la primera reunión organizada por el colectivo de periodistas k “Ni Una Menos” una dura -y muy justa- denuncia por su posición en el último juicio de Lucía Pérez. NUM impugnó el reclamo de condena por femicidio y violación de Lucía. Una barbaridad que sólo puede sostenerse cuando se embellece con una mirada de clase el consumo de drogas y se niega el flagelo de un régimen narco que está destruyendo a la juventud y matando a tantas de nuestras pibas en los barrios donde “el Estado presente” es la maldita policía socia de los bunkers de la droga y la putrefacción.
En contraste, la asamblea independiente que nuclea a todo el espectro de organizaciones de mujeres, sociales y políticas que luchamos contra el gobierno, se sumó de lleno a la convocatoria de familiares, organizando una gran marcha que las rodeó de fuerza y solidaridad. El camino de la lucha contra los femicidios es con ellas y con ellos, los que sufren y luchan contra el Estado, y nunca en la vereda de enfrente.
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Redoblar la organización y la movilización independiente
La enorme movilización popular que se produjo en 2015 ante los femicidios y la violencia le dio el carácter de lucha popular a una causa que hasta entonces el Estado y la llamada “opinión pública” buscaban aislar de la realidad de un régimen social de opresión y violencia, confinar a los “policiales” de los diarios, presentar como hechos particulares y excepcionales de ámbitos domésticos disfuncionales.
El capitalismo es una gran fábrica de violentos y misóginos, porque necesita reproducir mecanismos de tutelaje, represión y discriminación que empiecen por el ámbito y la escala más íntima y más primaria de las relaciones interpersonales, para que sean tolerados en el curso de toda una vida en cada institución que nos atraviesa: la escuela, el taller, la fábrica, el gobierno.
Luchar contra este régimen y contra el Estado responsable, es una tarea urgente. Por las pibas que ya no están, por quienes luchan contra la impunidad, por quienes luchan contra el hambre. Reforcemos este camino, sin ninguna concesión a los capitalistas y sus partidos, en todos los frentes. El Plenario de la Izquierda y los luchadores de este 17 de junio será una instancia de gran importancia para reforzar esta perspectiva.
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https://prensaobrera.com/politicas/la-crisis-politica-la-rebelion-docente-y-el-rol-del-frente-de-izquierda