Mujer

4/5/2006|944

Autodefensa de las mujeres


El sábado 22, una compañera del Polo se acercó a mi casa para pedir ayuda porque otra compañera había sido golpeada y robada junto a sus hijos.


 


 


Nos fuimos con los compañeros del círculo a la casa del ladrón, que queda a dos cuadras del comedor, y nos encontramos con que había abusado de su hijita de 6 años. Lo obligamos a quedarse mientras llamamos a la policía.


 


 


Los policías de la 5ª de González Catán tardaron cuatro horas en llegar. Recién a las once de la noche aparecieron y se llevaron a la nenita, a su mamá, a una testigo y al violador.


 


 


Al otro día nos enteramos de que el tipo había sido liberado y estaba de vuelta en su casa. Volvimos a juntarnos y fuimos otra vez a la casa. El violador apuntaba a la compañera con una escopeta porque lo había denunciado.


 


 


Forcejeamos y entre todos logramos quitarle la escopeta. Sacamos a los niños del lugar y los llevamos al comedor. Aunque los compañeros le cayeron a golpes, el violador escapó.


 


 


Le preguntamos a la compañera qué análisis le habían hecho a la nena en la Comisaría 5ª. Ninguno. La llevamos entonces a la Fiscalía de San Justo; allí nos derivaron a la Comisaría de la Mujer. La oficial de guardia llamó a la 5ª para preguntar si había algún registro de la denuncia de la noche anterior: le informaron que no había ninguno.


 


 


La oficial tomó la denuncia, llevaron a la nena al médico forense y se confirmó que había sido abusada. El violador está prófugo porque cuando debieron detenerlo no lo hicieron.


 


 


La compañera no está sola; estamos nosotros ayudando. Pero el daño está hecho y la compañera dice temer por ella y sus hijos. El violador está prófugo y la policía no lo busca.


 


 


Tenemos que organizarnos para defendernos, porque la policía no lo hace.


 


 


Sólo la organización revolucionaria de las compañeras y compañeros permitirá que estas cosas no ocurran más.


 


 


El Barrio 17 de Octubre realizará este sábado una reunión de mujeres para organizarnos y organizar al barrio, que aprendió una enorme lección.